“Mi vuelta a Codere es una cuestión profesional y también afectiva”

El director de Asuntos Corporativos de Codere Argentina habla de su departamento en esta nueva etapa en la empresa

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Carlos Musis, en su despacho de Codere en Buenos Aires.

BUENOS AIRES-MADRID, 5 noviembre 2014.- Lleva más de 20 años de experiencia profesional en Recursos Humanos, gran parte de ellos repartidos en sus dos etapas en Codere Argentina. En la actualidad, a este bagaje, Carlos Musis suma el liderazgo de las Relaciones Institucionales de Codere en el país suramericano. Todo un desafío en un momento clave para la empresa dentro y fuera de Argentina, país que sufre una elevada inflación y que afronta elecciones en 2015.

Sabemos de la complicada coyuntura actual de Argentina. ¿En qué medida influye directamente en el departamento que diriges?

La relación es muy directa. Yo diría que hay dos cuestiones. Una es la situación económica, donde estamos entrando posiblemente a un quinto año de inflación de dos dígitos y además “in crescendo” marcadamente. En la cabeza del argentino medio el 2014 cierra con una inflación de 40 % y no hay ninguna estimación para 2015 por debajo de eso o, por lo menos, no se ve ninguna medida de fondo que pueda en el corto plazo cambiar este escenario. Esto afecta directamente en varios aspectos de la gestión de Recursos Humanos. Cuando hay inflación tan marcada, las negociaciones sindicales son muy complejas y además se deteriora un poco el criterio de meritocracia. Cuando uno tiene que ajustar salarios por encima de un 30 % es difícil después poder manejar algún margen para otras cuestiones específicas. En Codere Argentina el costo de empleo es muy alto y entonces el impacto de la inflación es determinante.

«El balance que hago tras el arranque del área de Asuntos Corporativos es muy positivo»

Podría agregar a esta cuestión que el protagonismo de los sindicatos también va creciendo y se van convirtiendo en los principales referentes de la oposición del Gobierno, con lo cual no solo tienes un problema de negociación numérico, sino también interlocutores que están en un nivel de exposición alto y de poder. Y desde el punto de vista más institucional, diría que el principal factor determinante va a pasar por el año de elecciones que estamos encarando en 2015.

¿Esta mezcla de inflación, sindicatos y elecciones hace que vuestro departamento afronte un momento de desafíos muy particular?

Eso sin ninguna duda. Además nosotros estamos conviviendo con cierta tensión permanente, la que generan las cuestiones sociales en Argentina: temas como la inseguridad o los problemas económicos de la gente. Desde el punto de vista institucional, la tensión es aún mayor, porque le añadimos esta componente de las elecciones. Pero estamos permanentemente monitoreando, sobre todo aquellas cuestiones políticas que puedan generarnos un inconveniente como compañía y como actividad. Por ejemplo, hay determinados sectores políticos que en su campaña electoral consideran que el juego debería restringir o bien su cantidad de operaciones, o bien los horarios e incluso quienes sostienen que debería ser estatizado. Es una función institucional estar monitoreando continuamente eso, hablando con aquellos políticos, diputados o funcionarios que piensan de esa manera, colaborando para que vean las cosas de modo diferente, para que puedan ver todas aquellas cuestiones positivas que el juego aporta socialmente. En definitiva, la capacidad de anticipación es una característica que el área Institucional debe tener muy desarrollada.

En este sentido, ¿qué escenarios se abren para Codere dependiendo de los resultados electorales del año que viene?

Desde mi punto de vista Codere es la empresa de juego líder en mejores prácticas y acciones de transparencia de la actividad en Argentina, motivo por el cual nos sentimos cómodos interactuando con todas las fuerzas políticas. Aspiro a que el nuevo gobierno, refuerce reglas claras para la actividad, que permitan sostener los niveles de inversión de empresas como Codere y que, a su vez,  transmitan tranquilidad a los inversores en general.

Tras el reciente acuerdo con los bonistas, ¿consideráis en Codere Argentina que se despeja el horizonte del grupo?

En nuestra visión definitivamente. Yo desde el área institucional convivía un poco con el fantasma de un concurso de acreedores que podría abrir alguna puerta a oportunistas de la política o de determinados sectores para interesarse por Codere. La verdad es que el acuerdo diría que despeja esos fantasmas, aunque siempre hay que estar muy atentos, porque Codere es una empresa muy atractiva en Argentina. Es una compañía muy interesante, con una cuota de mercado en la provincia de Argentina muy importante y eso evidentemente siempre genera intereses a nuestro alrededor.

Una nueva etapa profesional

En un plano más individual, con 20 años de carrera a tus espaldas y tras un paréntesis de seis años fuera de Codere (2007-2013), ¿en qué momento profesional podría decirse que te encuentras?

Mi intención era abrir el espectro de responsabilidad y de acciones, superando la barrera de lo que es Recursos Humanos en sí, dado que, después de 20 años y habiendo asumido posiciones de máximo nivel en el área, ya te interesan otras cosas. Después de mi primera etapa en Codere, había trabajado directamente para los accionistas de otras compañías, con un nivel de diálogo e interacción con los negocios muy interesante. Y cuando vuelvo a Codere inicialmente el desafío era grande, porque había que negociar una reestructuración que era crítica para la rentabilidad de la Compañía, en un momento muy delicado para Argentina. En ese sentido no veía diferencia respecto de cómo venía siendo mi actuación en otras experiencias. Fundamentalmente lo que llegó como propuesta por parte de Rafael López-Enríquez (director corporativo de Recursos Humanos) y Javier Martínez (presidente de Codere Argentina) terminó de cerrar mis expectativas completamente, justamente porque me plantearon una serie de responsabilidades que son muy estratégicas y sensibles para el negocio.

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De izquierda a derecha, Flavio Tverdovsky, gerente de Administración de RRHH; Musis; Martín Maiarota, jefe de Relaciones Laborales, y Jorge Barreras, gerente de Relaciones Laborales y Relaciones Institucionales, en las oficinas de Codere en Buenos Aires.

La Dirección de Asuntos Corporativos es fruto de la fusión de Recursos Humanos y Relaciones Institucionales llevada a cabo este año, ¿cuál es el balance de estos primeros meses?

El balance es muy positivo. Tuvimos que reestructurar en la primera etapa toda el área de Recursos Humanos y a partir de mayo el área Institucional. Pero la verdad es que lo hicimos con mucha dedicación y mucho nivel de detalle, tanto en las relaciones que debíamos mantener, como en las cuestiones documentales, y con mucho foco en los posibles movimientos que hay alrededor de la compañía, en un momento en que todavía no estaba claro el acuerdo con los bonistas. Fue una transición delicada, porque la transferencia de un área institucional y, sobre todo, en Codere Argentina, era un desafío a llevar a cabo con mucho cuidado. Todo ese cambio en el contexto de Argentina como país lo hacía no preocupante, pero sí susceptible de concentración y profesionalismo al cien por cien.

¿Cuáles son los objetivos más inmediatos de tu departamento?

Particularmente lo que nosotros tenemos por delante en lo inmediato como proyecto, donde tanto lo Institucional como Recursos Humanos colaboran fuertemente, es el traslado de una sala que es la de Temperley, que es nuestra sala más pequeña. A través de un proyecto muy importante va a ser trasladada a un barrio llamado Puente La Noria y esa sala va ahora a triplicar su volumen por lo menos, lo cual es interesante, porque vamos a generar más empleo, más beneficios para las entidades involucradas, más recaudación para la provincia: en definitiva, todos ganamos con el cambio.

«Esta nueva etapa en Codere está superando mis expectativas»

Otro proyecto que tenemos muy encima es colaborar con Recursos Humanos de la operación de Carrasco, en Uruguay. Partiremos de los trabajos que llevó adelante Ignacio García Ameneiros (director general en Uruguay) para lograr una mayor eficiencia en esa operación y empezar a conseguir buenos resultados.

Otro tema para nosotros importante, que, si bien no es exclusivo de Recursos Humanos, le damos muchísima importancia, es repensar todo el área de gastronomía y su servicio dentro del área de la operación. Consideramos que hay una visión distinta del área de servicios, que creemos que puede contribuir mucho a los resultados sin afectar el servicio del cliente ni la calidad que Codere tiene en sus salas. La reingeniería del sector de gastronomía es uno de nuestros objetivos que empezó en 2014 y que va a continuar en 2015.

¿Tu regreso a la primera unidad de negocio de Codere está siendo como lo esperabas?

En realidad superó mis expectativas. Para ser honesto, mi vuelta a Codere se basa en una cuestión profesional y también afectiva con la compañía. Me había quedado con un recuerdo muy grato de las experiencias vividas en mi primera etapa y con buenos amigos y buena gente profesional. Entonces regreso a una Dirección de Recursos Humanos, a colaborar en un tema muy delicado, pero francamente sin saber si luego me iba a sentir satisfecho desde el punto de vista profesional con lo que pudiera seguir. La verdad es que la propuesta de la Dirección de Asuntos Corporativos me generó una renovación en mi como profesional y acepté sin dudarlo.

Un paréntesis en el sector de la energía y la publicidad

¿Cómo fueron esos años fuera de Codere?

En esos años básicamente estuve en dos compañías, una se llama Pampa Energía y es el holding más importante vinculado con la energía en Argentina. Es un holding que tiene empresas que generan, transportan y distribuyen electricidad. Mi segunda experiencia fue para los negocios en Brasil y Chile de Young & Rubicam, que es una compañía de publicidad líder a nivel mundial. Pero allí su negocio no tenía que ver con la publicidad, sino con unos cuantos servicios que le brindaban a empresas grandes con las cuales tenían cuenta de publicidad.

«El acuerdo con los bonistas despeja los fantasmas de los oportunistas en Argentina»

Siempre ver distintos sectores amplía tu posibilidad de ser más creativo y flexibiliza tu visión de las cosas, pero definitivamente lo que más me aportó en estas últimas dos experiencias fue justamente la interacción con empresarios muy reconocidos de Argentina y muy talentosos. Te ponen en otra medida de exigencia. Y profesionalmente siento que ése fue el paso superador de mis etapas anteriores. Hay que estar a esa altura de respuesta y de expectativa que ellos generan y sin ninguna duda eso es una contribución muy útil, muy valiosa, que me llevo a esta nueva etapa de Codere.

¿Qué proyectos tanto de tu primera como de tu segunda etapa en Codere han sido los más relevantes para ti a nivel profesional?

El primero, que es como un pequeño hito profesional, es haber firmado el primer convenio de empresa de la actividad. El primer convenio que se firma con Aleara, el sindicato de los trabajadores del juego de Argentina, lo firma Codere y lo negocio yo particularmente en mi primera etapa. Luego, la fusión con el Grupo Royal es muy interesante, desde el punto de vista profesional y a mí me valió mucho, porque Royal era una compañía más grande que Codere, con una estructura operativa mucho más fuerte. Nosotros éramos mucho más fuertes administrativamente. La verdad es que éramos dos mundos que chocaban y se logró realmente hacerlos convivir y sacar lo mejor de ambos. Otro logro de la primera etapa que recuerdo con afecto y también profesionalmente como valioso fue construir los programas de desarrollo que llamábamos “de excelencia” en Argentina, que los armamos con Carlos Villaseca, que en ese momento estaba aquí y que son programas que luego cobraron vida propia y además han crecido en sus contenidos incluso siendo importados a otras operaciones de Codere.

«En Latinoamérica, en general, uno ve que la actividad está muy regulada, hay una gran impronta de la política»

En esta nueva etapa el principal desafío fue la reestructuración del personal, que nunca debe ser motivo de orgullo. Yo nunca contaría una reestructuración del personal con orgullo, pero sí era algo que la compañía  realmente necesitaba, dado que hubo determinados aspectos de la coyuntura que habían golpeado muchísimo el negocio y uno lidera estos procesos pensando siempre en que la Compañía puede, a partir de la restructuración, recuperar capacidad económica y financiera para volver a crecer y así seguir aportando a la Comunidad.

Y luego, en el plano institucional, por ahora el hito que considero mas importante es que estamos abriendo las puertas a toda la compañía. Esta nueva gestión está mucho más integrada con el resto de la compañía. Desde el exterior yo lo veía como cuestiones muy separadas y hoy me siento a pensar, a analizar y a decidir con un grupo de profesionales con sobrada capacidad y prestigio con los cuales tenemos la suerte de contar en Argentina. Todos tienen un aporte muy valioso por dar. Es una gestión mucho más integrada con el resto de profesionales de Codere.

(5 noviembre 2014)