¡Feliz 2016! Esperamos que durante estos últimos días, altamente marcados por las celebraciones navideñas, hayáis podido disfrutar de los amigos y familiares, así como descansar y recargar energías para iniciar este nuevo año, lleno de retos para todos los que hacemos parte de Codere.
Uno de los grandes retos del futuro de nuestro sector es la denominada “omnicanalidad”. ¿Qué es esta palabra rimbombante? Podríamos decir que es la evolución 2.0 de la muy mencionada “convergencia” del mundo presencial y online. En resumidas cuentas, la omnicanalidad hace alusión a la capacidad de ofrecer una misma experiencia de juego para nuestros clientes independientemente del canal a través del cual accedan a nuestra oferta.
No podemos ser ajenos al mundo en el que vivimos. La aparición de las nuevas tecnologías ha perfilado nuevos hábitos de consumo que están fuertemente influenciados por el acceso constante e inmediato a cuantiosa información mediante una pluralidad de canales. Inevitablemente, la relación de las compañías con estos clientes digitales ávidos de información tiene que adaptarse a esta nueva realidad.
Las estrategias clientocéntricas tienen no sólo que incorporar instrumentos digitales tales como las páginas web o redes sociales para interactuar con el cliente, sino que también debemos ser capaces de construir ofertas personalizadas a los gustos propios de cada cliente accesible cuando el cliente esté en nuestros casinos como cuando se conecte a través de su teléfono móvil.
Ciertamente, esta reflexión no es de aplicación uniforme. Precisa de un estudio de segmentación por edades que planifique la natural y progresiva digitalización de nuestra cartera de clientes. Pero, no hay duda de que ahí reside el futuro, y es hacia donde toca caminar.
(11 enero 2016)
