Codere presentó la semana pasada los resultados acumulados durante los nueve primeros meses del año, que reflejan un EBITDA ajustado de 203,6 millones de euros -un 1,8% más respecto al año anterior- y unos ingresos de 1.115,6 millones de euros, que a tipo de cambio constante suponen un crecimiento del 10,4% para este mismo periodo.
Sigue siendo por tanto patente la solidez y capacidad de crecimiento de nuestra compañía, a pesar de los importantes obstáculos macroeconómicos -y en menor medida regulatorios- a los que nos enfrentamos. Y es además un motivo de orgullo para todos los que formamos parte de esta organización el comprobar cómo, según nos acercamos al cierre del año, los esfuerzos que hemos realizado en línea con nuestro plan de transformación, mejorando la eficiencia y maximizando la productividad en todos los niveles, se han cristalizado en resultados tangibles, que nos permitirán cumplir nuestras expectativas para 2018.
Continuamos también para ello avanzando en nuestra estrategia de priorización del negocio online. Tenemos ya 23 empleados en Israel, 16 ubicados en Malta y seis en Melilla; y esperamos tener nuestros equipos completos en un breve plazo de tiempo. Además, la compañía prosigue sus operaciones de crecimiento inorgánico. Recientemente hemos adquirido Operjuegos, una operadora española con 106 máquinas, y se han aprobado ya otras adquisiciones que están en proceso y de las que os iremos informando.
En cuanto a la avenida del cliente-centrismo, y tras una presentación al equipo directivo del proyecto global liderado por Carlos Villaseca, a lo largo de últimas semanas he mantenido reuniones con los responsables regionales para revisar las iniciativas en marcha, en un trabajo de implementación de la estrategia de cliente definida para cada uno de nuestros mercados, de manera que optimicemos nuestro posicionamiento frente a los competidores.
Nuestro plan de transformación organizacional y cultural, que estamos desarrollando en toda la compañía, está materializándose ahora de manera intensa en la región de Europa. Así, todo el equipo de dirección de la unidad española ha participado recientemente en unas jornadas de trabajo en la localidad de El Escorial, en Madrid, con el propósito de identificar las palancas en las que apoyar este cambio hacía un mayor rendimiento y lograr así los retos del negocio que nos hemos marcado. Será necesario, para ello, derribar silos e interconectar los equipos, potenciar una cultura colaborativa, simplificar los procesos y evolucionar hacia una empresa orientada a resultados.
Los avances mencionados anteriormente son hitos hacia la nueva forma de trabajar que estamos impulsando a nivel global y que está siendo fortalecida mediante el proceso de visioning que hemos avanzado en anteriores números. Tras los encuentros celebrados en Madrid el pasado mes de septiembre, han tenido lugar distintos focus groups en Cono Norte, Cono Sur, Europa y centro corporativo, en los que han participado alrededor de un centenar de directivos de la compañía para abordar las reflexiones planteadas. Un ejercicio que tiene por objetivo crear una visión acerca de cómo queremos ser, qué rasgos diferenciales deben ser los que constituyan la identidad de nuestra empresa y qué comportamientos y actitudes queremos fomentar o no. Las conclusiones de este proceso están ahora siendo elaboradas para tener, previsiblemente antes de final de año, una definición única, global e inspiradora que a lo largo de 2019 se irá compartiendo e integrando en la propia cultura de la compañía.
Por último, y como podéis leer en el artículo que acompaña este número, estamos poniendo en marcha el proyecto transFÓRMATE, para apoyar este proceso de evolución de nuestra compañía. Un programa de capacitación que se extenderá durante los dos próximos años y medio que lanzaremos el próximo 28 de noviembre e incluirá distintos módulos que tendrán que ver con los ejes de eficiencia, cliente-centrismo, gestión del cambio, digitalización, cultura y modelo empresarial.
Dado que este plan va a llegar en diferentes formatos y momentos al conjunto de los colaboradores, animo desde mi propia experiencia a que cada uno ponga la mayor dedicación y esfuerzo personal, dado que no hay mejor modo de aprendizaje que el de la disciplina e ilusión personal.
Vicente Di Loreto, director general del Grupo Codere
(20 de noviembre de 2018)