Un padrino para los colaboradores de Codere

México promueve el intercambio de experiencia entre gerentes veteranos y noveles

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MÉXICO, 1 julio 2016.- Los comienzos son difíciles y tener orientación y asesoramiento, puede facilitarlos mucho. Con esa intención, Codere México ha puesto en marcha «Proyecto Padrino», una nueva iniciativa que impulsa el intercambio de experiencia y mejores prácticas entre los más veteranos y destacados gerentes de la unidad y los que recientemente acaban de crecer a un puesto de gerencia. De esta manera, los gerentes con más fortalezas actúan durante tres meses como preparadores laborales, que asisten y conducen la actuación de los noveles de manera individualizada.

La iniciativa se ha desarrollado durante el segundo trimestre de 2016. De los 63 gerentes de sala del país, han participado 34 -la mitad de ellos del top y la otra mitad con menos experiencia- en esta primera edición. Los buenos resultados anuncian que habrá una segunda.

Gerentes más preparados y competitivos

“Como estamos moviendo recursos hacia Panamá y Colombia, surge la necesidad de apuntalar el negocio mexicano y asegurar que las promociones que estamos haciendo van a ser bajo un entorno de seguridad, porque vamos a acompañarlos. Este tipo de iniciativas permiten que los gerentes más experimentados participen del proceso de crecimiento de la gente más joven”, explica Carlos Villaseca, director de Operaciones de México, Panamá y Colombia. 

En su opinión, un buen gerente “tiene que tener una muy buena capacidad de comunicación, saber cuándo las cosas van bien o mal y por qué. También es importante la mano izquierda, para manejar a los clientes, y que tenga capacidad de alinear y motivar a sus colaboradores. Tiene que ser una persona a la que la gente siga, que haga equipo y sepa coordinar su sala de forma que cada uno haga lo que tiene que hacer», concluye.

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Ramón Ávila, gerente de Operaciones de Codere México, es el responsable de este proyecto. Nos explica cómo se ha determinado qué gerentes de la unidad serán los responsables de este tutelaje.

“Nosotros hacemos un ranking de gerentes basado en capacidades que versan sobre las cuatro dimensiones con las que solemos trabajar en México. En la vertiente individual, observamos si trabaja en equilibrio y predica con el ejemplo. También que no dé nada por hecho, sino que lo vaya investigando. Observamos los valores que son le propios, cómo organiza su agenda, si sabe escuchar, dar seguimiento y comunicar.

En la grupal, tenemos en cuenta la equidad y justicia del colaborador. En la operativa, los fundamentos y fortalezas en los procesos que favorezcan el dar un resultado en la operación. En la parte estratégica, vemos principalmente la perspicacia y prudencia de la persona”, explica.

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Ramón Ávila, gerente de Operaciones de Codere México.

Para asociar a cada padrino con su ahijado, Ramón Ávila se ha fundamentado en dos criterios. Por una parte, que cada pareja estuviese formada por una gerente del top 17 y otro en fase de reciente crecimiento al cargo. Por otro, que los integrantes no se conociesen de antes, para fomentar así la objetividad en la tutela.

De esta manera, todo el proceso de ascenso hasta la gerencia del colaborador está orientado e instruido. En primer lugar, asisten al taller de mandos medios de Rodolfo Gutiérrez (Gerente de Operaciones de México), donde reciben una formación más teórica. Posteriormente, participan en el task force de Pablo Sotelo (Gerente Nacional de Operaciones), donde generan pericia en la operación y se examina qué persona cumple con los requisitos para tomar una gerencia. “Por último llegan a mí, que es cuando ya se valida que cumplen con especificaciones para la gerencia y se determina, junto con la Dirección de Operación, si es viable que le asignemos sala. El colaborador al que postulamos ya cumple con expectativas y nos puede dar resultados, como ha pasado habitualmente. Pero ahora, gracias al Proyecto Padrino, hacemos que nuestra gente esté más preparada y sea más competitiva”, añade Ramón Ávila.

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Al inicio del proyecto, Ramón se reunió con todos los participantes del programa, primero por separado, en una junta exclusiva de padrinos y otra de ahijados, y luego en una reunión de integración de los 34, en la que se analizaron las debilidades detectadas en cada sala en cuestión de resultados, indicadores y rotación; y de qué manera podrían mejorarse.

Durante los meses de desarrollo del padrinazgo, Ramón se ha reunido también de manera semanal, por un lado con los padrinos y por otro con los ahijados, para analizar la evolución de la sala y sus resultados. Los de DF han asistido a estas juntas de manera presencial y los que operan en otras ubicaciones, mediante conexión online.

“Este proyecto está generando mucha seguridad a los nuevos gerentes. Han creado control dentro de sus equipos de trabajo y han abierto nuevos canales de comunicación. Además, los resultados de las salas han mejorado en facturación e indicadores de gestión y rotación.

Por otro lado, Proyecto Padrino no beneficia solo a los gerentes ahijados, sino que es también muy enriquecedor y ayuda a crecer mucho a los padrinos, porque los capacita profesionalmente, ya que pueden conocer lo que sucede en otras salas, su gestión, equipo de trabajo y tipo de clientes. Creo que el resumen de este proyecto es que ha dado muy buenos resultados y vamos a prepararlo para el tercer trimestre de 2016”, concluye Ramón Ávila.

Griselda y Chyntia, el éxito de la comunicación

Griselda Pedroza entró hace cinco años en la empresa, para cubrir una incapacidad de Relaciones Públicas. Sin embargo, a los ocho meses pasó a ser jefa de sala. Desde hace cuatro meses es gerente de unidad en Acapulco Caliente.

“Cuando me comentaron que iba a participar en este programa, lo vi como una muy buena oportunidad de crecimiento. Supone estar con alguien que ya tiene experiencia en tu puesto y que puede compartir estrategias para todo tipo de situaciones. Son gerentes que han pasado ya por varias salas y te transmiten experiencia y confianza, porque cuando comienzas, tu visión es más limitada. A mí me tranquilizó mucho tener a alguien a mi lado, un guía al que poder marcar en cualquier momento a consultarle mis dudas”, explica.

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Chynthia Navarro, gerente de El Dorado, Las Américas y Boca del Río.

 

Griselda es ahijada de Chyntia Navarro, que empezó a trabajar hace ya catorce años en Codere, como valedor de Bingo. Posteriormente fue jefe de mesa y, a los veinte años, comenzó a hacer funciones de gerente de unidad. Lleva doce años ocupando puestos de gerencia, actualmente en las salas El Dorado, Las Américas y Boca del Río, en Veracruz. Además, lleva funciones de Bingo tradicional a nivel nacional.

“Ella es tan profesional que lleva tres salas a su cargo y además está conmigo, apoyándome. Eso es algo que se agradece mucho y cuanto más pueda aprender de ella, mejor. Lo más importante que he aprendido gracias a ella es sobre comunicación. El saber a quién dirigirme y cómo, de manera que mis ideas se lleven a cabo con éxito y, si no tienen éxito, de inmediato cambiarlas y no enfrascarme. Con ella no hay horario. Aunque tenemos programadas sesiones unas tres veces por semana, yo le puedo llamar a cualquier hora, que ella siempre me responde”, explica Griselda.

Por su parte, Chyntia, su madrina, añade: “además de nuestras conversaciones, la ponía en copia de todas las cosas que yo impulsaba en mi sala: promociones, activaciones… para que pudiera absorber lo que le sirviera en su sala. Considero que es muy importante que a los inicios de tu desempeño gerencial tengas a una persona que te vaya apoyando y asesorando, principalmente en situaciones complicadas, a ver cómo y con quién canalizarlas. Cuando empiezas, te cuesta mucho trabajo dirigirte a la subdirección o a las gerencias nacionales. Muchas veces mandas un correo y te crees que con eso vale. Pero tienes que llamar, te tienes que comunicar y hacer saber a la otra persona cuáles son tus necesidades. Yo creo que eso ha sido la parte fundamental de su aprendizaje y que ha mejorado mucho el tiempo de respuesta que ha obtenido de las personas. Ahora se dirige con mucha fluidez y está en el ojo de todos. La última vez que hablé con ella vi una evolución muy positiva y me sorprendió mucho toda la dinámica que traía para su sala, pero en realidad creo que fue algo que logramos juntas en base a todo el trabajo que se vino haciendo durante estos tres meses”.

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Diana Chichipán junto a su padrino, Carlos Cuéllar.

Los resultados Acapulco Caliente, la sala que gestiona Griselda -ahora con el acompañamiento de Chyntia-, han mejorado en estos meses.

“Yo le compartí a Griselda la forma en la que yo gestionaba a los clientes de las tres salas que llevo y ella lo implementó, entonces a mí me dio mucha satisfacción ver que la sala obtenía mejores resultados. El que tú puedas aportar algo, es muy emocionante, te sientes parte del éxito. Además, la gente nueva trae una energía muy fuerte y te inyectan mucha proactividad y frescura. Yo siempre he sido de querer hacer más, pero ellos traen algo diferente, esa chispa de cuando uno empieza”, reconoce Chyntia.

Diana y Carlos, identificando la oportunidad

Diana Chichipan entró a la Compañía en 2005 como cajera general en el Royal México, en el DF. Desde hace año y medio es gerente de unidad, actualmente en la sala de Yak de Coatzacoalcos, en Veracruz.

“Cuando me dijeron que iba a participar en este proyecto, me sentí apoyada porque sé que es nuestra experiencia en el desempeño de puestos lo que permite que nuestro panorama se vaya ampliando. Ninguna sala es igual y este programa es una forma en que la Compañía te apoya para que gente que tiene más experiencia en el cargo pueda asesorarte y comparta sus experiencias por un fin común, que es tener más logros como Compañía”, explica.

Su padrino este trimestre ha sido Carlos Alberto Cuéllar, que comenzó su trayectoria en Codere en el año 2003 y ocupa puestos de gerencia desde hace diez años -actualmente en la sala de Zapopan y de Royal Centro Magno- y  brinda además apoyo en la gestión del área de Book a nivel nacional.

“Siempre he considerado que si la gente crece, tú creces. Entonces creo que es bastante interesante poder apoyar el desarrollo de gerentes y compartir con ellos tu experiencia en la Compañía. A Diana creo que la he ayudado principalmente en la parte de las relaciones, el seguimiento de algunos pendientes y el ofrecerle opciones para solucionar algunos problemas”, nos comenta.

Para Diana, esta ayuda ha supuesto una mayor seguridad en su desempeño. “Te sientes fortalecida porque al final no vas sola. Sientes un apoyo, aunque sea a distancia, pero sabes que si te surge alguna duda, hay una persona que sabe y que va a estar ahí. Carlos me ha ayudado a identificar el área de oportunidad. En este caso, de las cinco líneas de negocio que manejamos, hay una que no era mi fortaleza, que era el área de Bingo. En compañía de él implementamos nuevas estrategias para precisamente despuntara y que tuviera más solidez. Nos hablamos a diario, yo le expongo mis dudas y él me dice, en base a su experiencia, lo que cree que podría tener más éxito o funcionar. Lo probamos, porque evidentemente no todas las salas son iguales. Si funciona, lo dejamos. Si no, buscamos otra opción”, detalla Diana.

Recientemente, Carlos se desplazó hasta Veracruz para conocer in situ a Diana y a su sala acompañada. “Es una ventaja porque yo conocí esa sala, pero hace muchos años, y el entorno ha cambiado y la competencia ha cambiado. Conocer a su personal, las instalaciones y el entorno en el que viven, creo que te ayuda mucho también para, a lo mejor, dar un consejo diferente”, explica él. “El día que vino le mostré mi sala y fuimos conociendo todo lo que hemos implementado juntos. Me sirvió de mucho”, confiesa ella.

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Diana Chichipán, gerente de Unidad en la sala Yak de Coatzacoalcos (Veracruz), junto a sus compañeros.

Los resultados de la sala Yak de Coatzacoalcos también han mejorado en este periodo. “Evidentemente, porque este programa ayuda a identificar cuál es tu área de oportunidad y en cuál necesitas colcheo, para que domines cada una de las líneas que tienes a tu cargo y seas un profesional integral”, explica Diana.

Su padrino se siente parte de este éxito: “sin lugar a dudas, es fruto su esfuerzo, es el trabajo de su equipo. En lo que me siento partícipe es en poder darle algún consejo para mejorar.  Uno apoya moralmente, pero el trabajo es de ella y su equipo. Además, yo también he aprendido mucho. Escuchar a personas jóvenes, nuevas, te da otro panorama. Te contagian dinamismo y ganas de aprender, de sobresalir, de trascender, que creo que nunca están de más para la operación de todos los días”, concluye.