“La Compañía ya está bastante saneada y tiene muy buenas perspectivas por delante”

Amalia López nos habla de su llegada a la Dirección de Control de Gestión Corporativo en plena reestructuración financiera

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Amalia López, directora de Control de Gestión Corporativo, en la sede central de Codere en Alcobendas (Madrid).

MADRID, 17 septiembre 2015.- Exponente de una generación joven con importantes responsabilidades dentro de Codere, Amalia López repasa en una entrevista para Codere Actualidad las distintas etapas en su carrera profesional. Integrante de la primera promoción del programa de búsqueda de talento de Jóvenes con Alto Potencial (JAP) que la Compañía lanzó en 2007, Amalia comparte con nosotros el gran reto que ha afrontado al convertirse en la directora de Control de Gestión Corporativo de Codere en uno de los momentos más exigentes de la historia de la Compañía.

Presentación y trayectoria

Hagamos un repaso de tu carrera profesional ¿Qué estudiaste?

Soy de Murcia y decidí estudiar la doble licenciatura de Administración y Dirección de Empresas, y Derecho en la Universidad Pontificia de Madrid (ICADE). Es una universidad muy práctica, en la que convives con gente de todas partes de España e, incluso, estudiantes extranjeros que están en programas de intercambio. Supuso una experiencia muy enriquecedora a la que se unía el desarrollo personal que aporta estudiar fuera, especialmente si es una gran ciudad como Madrid, viniendo de una ciudad más pequeña. Los primeros años estuve alojada en una residencia universitaria, donde conocí a gente de todas partes de España, y después me fui a vivir con amigas. Fue una época muy buena en la que maduré como persona y amplié mis perspectivas. Guardo muy buen recuerdo y además conocí a mi marido en la carrera.

¿Dónde estuviste antes de empezar a trabajar en Codere?

Empecé a trabajar en una consultora, Delaware Consulting. De hecho, es muy curioso porque estuve en este mismo edificio (sede de Codere de Madrid, Alcobendas) haciendo un proyecto de implantación de sistemas de CRM para Amena, la empresa de telefonía que tenía antes aquí sus oficinas. Bajo mi punto de vista, la consultoría es muy útil para los recién salidos de la carrera, porque te pones a trabajar en equipos muy grandes para proyectos muy ambiciosos.

¿Qué hiciste después?

Después de un año en consultoría, decidí aplicar a una beca de Comercio Exterior del ICEX (Instituto de Comercio Exterior de España) junto con el Instituto de Fomento de Murcia, para la que nos preparaban en comercio internacional y a continuación, te destinan a una oficina comercial en el extranjero durante un año. Yo me fui a El Cairo, Egipto. Mi trabajo consistía en dar servicio a las empresas españolas que quisieran desarrollar actividad allí. Fue un cambio sustancial, porque el esquema de trabajo era menos exigente respecto al de la consultoría pero más variado por la diversidad de sectores para los que trabajábamos. El horario era estupendo, lo que hizo que tuviera bastante tiempo libre para conocer el país y relacionarme con gente. Viajé muchísimo: Jordania, Turquía y por todo Egipto, porque por aquel entonces no era una tan zona conflictiva como actualmente.

¿Alguna anécdota de tus viajes en el que no te sintieras tan segura?

Lo cierto es que un país árabe es complicado para una mujer pero yo iba con muchas ganas de aprender y sin prejuicios. Recuerdo que montamos una excursión por el desierto con expatriados que vivían en Egipto. Nos guiaban unos nómadas y nos dimos un susto considerable cuando de repente nos dimos cuenta de que el conductor de nuestro autobús tenía en el salvapantallas de su Nokia, un avión estrellándose contra un edificio. Nos dio por reírnos, pero todos teníamos muy reciente el atentado de Nueva York de 2001. La vida en Egipto no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados en Europa, ven el mundo bajo un prisma distinto. Además cuentan con un acceso a la educación limitado, los medios de comunicación están controlados y es muy fácil intervenir la opinión colectiva. Son países ricos en recursos naturales, con mano de obra barata pero necesitan empresas extranjeras para dotarles de infraestructuras.

¿Qué rumbo tomaste cuando terminó tu beca?

Después de tanto tiempo fuera de Murcia quise volver. Me surgió la oportunidad, a través de la bolsa de trabajo de incorporarme en el Grupo Oetker, concretamente para la marca Hero Baby. Es una empresa española de fabricantes de comida infantil que pertenece a un grupo internacional. Estuve trabajando 2 años en el departamento de desarrollo internacional. Fue una época muy activa para ellos, porque estaban comprando empresas en EEUU, Grecia y Suecia.

La experiencia JAP, puerta de entrada a Codere

¿Y por qué acabaste trabajando para Codere?

En el año 2007, quise volver a Madrid y empecé varios procesos en consultoras, pero también apliqué al programa de Jóvenes con Alto Potencial (JAP) de Codere, que me llamó mucho la atención. Me decanté por Codere porque opino que la consultoría tiene una limitación, en cuanto a que colaboras en el diseño de una solución a un problema pero no ven la implementación de la misma y sus efectos. Sólo puedes seguir este progreso dentro de una empresa, y me decidí por la experiencia de desarrollarme y crecer dentro de Codere.

¿Qué tal fue el programa de los JAP?

Mi valoración es muy positiva. Yo pertenecí a la primera promoción y, es una pena, pero soy la única que queda del programa. Sin duda se podrían incluir mejoras. Creo que lo fundamental es diseñar estos programas anticipando las necesidades que el Grupo va a tener a medio plazo y desplegar las medidas adecuadas para la retención del talento formado.

Recuerdo que fue un proceso de selección muy exigente, con varias entrevistas –dinámicas de grupo, preguntas tipo test, entrevistas directores de diferentes departamentos-. El periodo formativo fue fantástico. Consistía en rotar durante 2 años por toda la organización, incluyendo un país extranjero, lo cual te permite desarrollar un criterio propio y ganar mucha versatilidad como profesional.

Durante ese periodo, nos asignaron un mentor a cada uno para que nos acompañara en todo el proceso. El mío fue David Elízaga, adjunto al Director Financiero (Bob Grey) en aquel momento. David es un profesional excepcional del que se puede aprender muchísimo, a pesar del poco tiempo que disponía alguien en su puesto y con su implicación en el trabajo.

¿Cuál fue tu trayectoria durante el periodo formativo?

Lo primero que hicieron con nosotros fue mandarnos tres o cuatro meses a la antigua delegación de Getafe. Ahí estábamos los seis seleccionados del programa JAP -acostumbrados a trabajar vestidos con traje en oficina y con portátil- en el epicentro del negocio de España con vaqueros, y sin tocar un papel. Estábamos con los recaudadores, técnicos, comerciales y delegados moviéndonos por los bares de Madrid. Fue muy distinto a todo lo que había hecho antes, un contacto directo con la esencia de nuestro negocio. Además nos dieron una acogida muy buena a todos. Después me tocó pasar tres meses por Apuestas Deportivas, cuando todavía la marca era Victoria y éramos socios de William Hill. Fue un periodo de mucho dinamismo y aprendizaje en el ambiente más joven de la organización. A continuación, para completar mi visión del negocio, estuve en CANOE trabajando con los responsables de operaciones y el jefe de sala, viviendo de primera mano el ambiente del bingo. Luego pasé unos tres meses por la Dirección de Operaciones de España, cuando Pedro Vidal dirigía el área. Estuve en una época de expansión en la que había muchos socios, cuentas en participación y se estaban estudiando la compra de operadores.

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Amalia López, con su joven equipo de trabajo en la Dirección Económico Financiera de la Corporación.

También estuviste en la corporación de Madrid ¿cómo fue la experiencia?

Mi primer contacto con la corporación fue en la Dirección Económica y Financiera (DEF). Trabajé  con David Elízaga, pero sobre todo con Ángel Corzo, quien dirigía el Área de Control de Gestión, y con Gonzalo de Osma, que trabajaba en el equipo de Ángel en ese momento. En aquel entonces existía la corporación de América (CAME), por lo que en España sólo se daba servicio a España e Italia, además de preparar las cuentas consolidadas de Grupo. Fue un periodo muy intenso. Se estaba mejorando el sistema de reporting de Europa que poco a poco se ha enriquecido con segmentaciones, más análisis de CAPEX y producto. También se inició un modelo de proyecciones que es el que actualmente utilizamos. Es un sistema que toma indicadores de ingreso y ratios de margen para proyectar resultados y anticipar tendencias. Se estaba implementando toda una estructura de gestión de negocio y financiera de la empresa, además del modelo financiero para la salida a Bolsa.  Después pasé por Auditoría Interna unos seis meses. Jorge Ruiz dirigía el área en España e Italia y Adolfo Carpena estaba organizando el área para crear la corporación. Trabajé con ellos en la auditoría operativa de la delegación de Mallorca, un negocio que se había adquirido un año antes. También estuve un tiempo en Recursos Humanos, donde nos explicaron sus procesos.

¿Y a qué país te fuiste a terminar el programa?

En el año 2009 me fui seis meses a Buenos Aires, Argentina. Estuve con Alberto Gómez del Solar que era el Country Manager y con Héctor Di Facio que dirigía las operaciones. Me encantó la experiencia, el equipo era muy joven y me dieron muy buena acogida. Me permitió conocer uno de nuestros negocios más importantes del Grupo –conocí todas nuestras salas- que es totalmente distinto al desarrollado en España. Y además aproveché para viajar con amigos del ICEX que estaban por la zona.  

¿Qué tal fue la incorporación a un puesto de trabajo después de tanta rotación?

Terminé el programa de dos años y empezó la parte más complicada que era la integración a un puesto de trabajo definitivo en el que tienes que conciliar tu interés profesional con las necesidades del momento de la Compañía. A mí me apetecía operaciones, así que decidí incorporarme en el equipo de España liderado por Pedro Vidal. Carlos de Juan era su adjunto y yo trabajaba con ellos para hacer diferentes análisis que necesitaban para la toma de decisiones operativas. Estuve varios años en los que hicimos un análisis de toda la cadena de valor del negocio, establecimos nuevos objetivos comerciales, estudiamos la viabilidad de ciertas inversiones y empezamos la racionalización de costes por el impacto de la legislación del tabaco y la situación del parque de máquinas.

Al tiempo se reorganizó la Dirección de la UdN con la llegada de Jaime Estalella, el movimiento de Carlos de Juan a la Dirección de Desarrollo de Negocio y la llegada de Gonzalo de Osma a la Dirección de Control de Gestión. Mi puesto se reconfiguró reportando entonces al director de Operaciones y desarrollando todo tipo de análisis que fueran necesarios para la toma de decisiones en la operación, en este periodo de cambios, en el que AADD se unió a la unidad de máquinas, en definitiva, un control de gestión más operativo. Luego llegó Pedro Echevarría y Olga Rodrigo fue nombrada directora de Operaciones.

¿Cómo fue tu paso por el Departamento de Control de Gestión de España?

Durante mi paso por la Dirección de Operaciones de España trabajé mucho con Gonzalo de Osma, que era el director de Control de Gestión de la unidad de negocio, porque nuestros análisis tenían que estar muy coordinados (él más financiero y yo más operativos). En 2012 se fue a Codere México y durante un tiempo cubrí su puesto y me hice cargo de la elaboración del presupuesto e informes. Fue un reto importante para mí que supuso un crecimiento en mi carrera, ya que era un puesto muy de mando, que me hacía responsable de seis personas a mi cargo y donde entre muchas otras cosas aprendí lo importante que es organizar el equipo.

¿Y cuándo vuelves a la DEF?

A los seis meses, me ofrecieron cubrir una baja como responsable en Control de Gestión de la Corporación cuando Fernando Pombo era director del área. Decidí aceptar porque ya llevaba muchos años en el negocio y me apetecía evolucionar hacia una visión más estratégica que involucrara el análisis de varios países.

Una importante responsabilidad en un momento clave para la Compañía

¿Cómo te adaptaste a tu rol como Directora de Control de Gestión de la Corporación en mitad de la reestructuración financiera de la Compañía?

Tras seis meses en el área de Control de Gestión Corporativa, Fernando Pombo dejó la Compañía, al tiempo que en la corporación de Madrid tuvimos que asumir el análisis de todos los países del Grupo, a lo que se sumó todo el proceso de reestructuración financiera, que en aquel momento pasaba por elaborar una presentación global de la Dirección de la Compañía para inversores. La dedicación de todo el personal de la DEF y del equipo de Control de Gestión en esta época fue extraordinaria y aún seguimos trabajando en la reconfiguración del área y en la adaptación para abordar el modelo estratégico a medio plazo de la Compañía.

Creo que la clave para salir adelante ha sido el apoyo que nos hemos dado los unos a los otros. Los que quedamos en el departamento hemos hecho piña y nos hemos equilibrado. Hemos visto una oportunidad más para desarrollarnos como profesionales en un ambiente convulso, porque creemos en el proyecto en el que estamos. Está claro que hemos dado mucho por la empresa pero nos ha correspondido. Al final lo importante es que, aunque el proceso de reestructuración no ha terminado, la Compañía ya está bastante saneada y tiene muy buenas perspectivas por delante.

¿Qué ha supuesto para ti este cambio?

Este nuevo puesto me ha exigido tener una visión global del negocio, es decir, entender que el resultado del negocio en países distintos se compone de variables diferentes. Me ha dado mayor versatilidad en la consecución de resultados. Creo que implica también una mayor asunción de responsabilidad respecto a los resultados de una empresa y exige una gran atención al detalle, por el alto grado de compromiso respecto a las cifras reportadas. Además, ha requerido de mi flexibilidad a la hora de relacionarme con muchas más personas que trabajan en horarios diferentes y con perfiles distintos de gestión a los que te tienes que adaptar.

En todo tu recorrido has trabajado con distintas personas, ¿qué puedes contarnos de tus jefes?

He aprendido de todos y cada uno de ellos. En la DEF: David Elízaga me impresionó por su perfeccionismo, Fernando Pombo por su grado de atención al detalle y Ángel Corzo por su amplitud de conocimientos junto con su capacidad infinita de abarcar proyectos y su flexibilidad. En la operación, Pedro Vidal me enseñó la diversidad de análisis que la operación requiere y Jaime Estalella la visión institucional del negocio. 

¿Es Codere un entorno propicio para desarrollarte como profesional?

Yo creo que Codere es un sitio para desarrollarse porque ofrece muchas oportunidades en un ambiente amable y relajado propio de las empresas familiares. Ello se combina con su lado exigente que hace que quieras dar más de ti mismo. Hay muy buenos profesionales de los que aprender. También es verdad que es un negocio exigente y sobre el que en general hay muchos prejuicios.

¿Cuáles han sido las mayores dificultades a las que te has enfrentado y cuáles han sido los aprendizajes del proceso?

El proceso de reestructuración ha sido el reto más grande al que yo me he enfrentado en mi carrera profesional y que me ha permitido trabajar con profesionales de otras empresas y profundizar en la valoración de empresas. También recuerdo como una de las experiencias más duras en España la reorganización de personal tras la retirada de 2.000 AWP para lograr recuperar la rentabilidad y facilitar la subsistencia del negocio.

Una visión positiva sobre la conciliación laboral

¿Ser mujer ha sido una ventaja o una desventaja para tu carrera profesional?

Creo que es neutro. Las mujeres y los hombres tienen perfiles personales distintos, pero somos capaces de alcanzar los mismos resultados. Somos complementarios. Es verdad que las mujeres no imponemos igual, y menos en este sector, pero creo que al final te haces respetar. En definitiva, creo que ser una mujer nunca ha sido un problema y tampoco percibo que me haya ayudado en el camino.

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Amalia López, en uno de los despachos de la Dirección Económico Financiera (DEF) de Codere en Madrid.

Vas a ser madre en poco tiempo ¿Crees que se puede conciliar la vida familiar con el trabajo o es un mito?

Creo en la conciliación, me parece que se puede ser madre y seguir trabajando a un nivel muy exigente. Es cuestión de organizarse, como en todo. Tengo bastante suerte porque, aunque espero mellizos, me he encontrado bastante bien durante el embarazo y mi intención es continuar trabajando todo lo posible. Al principio tuve que guardar reposo unas semanas y no tuve problema en trabajar desde casa.

¿Cómo es Amalia fuera del trabajo?

Soy sencilla y me encanta estar en familia. Mis padres están jubilados, eran profesores de colegio (mi madre de infantil y mi padre de matemáticas e historia) en Murcia. Cada poco ellos vienen o voy yo. Mi pasión es viajar. Mi último viaje fue a Sicilia pero, sin lugar a dudas, el que más me gustó fue el de mi boda: Nepal, Birmania y Tailandia.

Sí que me he planteado alguna vez estudiar un máster pero con el ritmo de vida que he llevado, no lo he sopesado bien. Y ahora que voy a ser madre, tengo que organizar primero mi vida y ya veremos…