El pasado 28 de febrero Codere presentó los resultados consolidados del último trimestre del 2016 (Óscar Iglesias, director adjunto al CFO, explica todos los detalles en este vídeo) y, por tanto, cerramos contablemente un año que ha estado marcado por la terminación del proceso de reestructuración financiera.
Durante este ejercicio, las prioridades del Grupo se han definido mediante un plan de negocio que recupere nuestras capacidades de crecimiento, tras haber realizado en los últimos años ajustes operativos muy severos que nos han permitido mejorar la competitividad de nuestros márgenes.
Como consecuencia de lo anterior, la Compañía pudo acceder a los mercados de capitales para refinanciar la estructura de su deuda corporativa el pasado noviembre abaratando 2 puntos el tipo de interés promedio y reduciendo en 100 millones su principal. Ello ha supuesto una notable mejora en el resultado neto de la compañía, que en el último trimestre de 2016 fue de 7,6 millones de euros frente a una pérdida de 39 millones el año anterior.
A pesar de ello, y en términos generales, nuestros resultados se han visto mermados por las caídas de las monedas mexicana y argentina frente al euro. Así, la facturación global del Grupo fue de 1.449 millones de euros y el EBITDA ajustado se situó en 252 millones de euros, una caída del 9% y del 15% respectivamente frente al 2015.
No hay espacio para el descanso, y por tanto a lo largo del 2017 vamos a iniciar la evolución del modelo de negocio desde la perspectiva de operador logístico hacia una organización centrada en el cliente. Esta transformación reclama la generación de nuevas capacidades en el ámbito tecnológico y de marketing que sirvan de trampolín para impulsar al resto de la organización a conseguir los cambios necesarios para mantener a nuestro proyecto en el liderazgo.
(7 de marzo de 2017)