Argentina eleva los impuestos al juego

David Jiménez analiza la incertidumbre sobre la viabilidad empresarial en el país ante la nueva regulación

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El bingo, parte del negocio de Codere en Argentina.

MADRID, 9 junio 2017.- A finales del pasado mes de diciembre, Argentina convirtió en ley la reforma del Impuesto a las Ganancias, que incluye nuevos gravámenes para el sector del juego. A su vez, también la Provincia de Buenos Aires decidió aumentar la carga impositiva a nuestra industria, elevando al 15% el impuesto de los Ingresos Brutos y estipulando el cobro de una entrada de 20 pesos a cada persona que acceda a un bingo o casino.

Para conocer en qué consiste la nueva regulación, cómo se desarrolla su implementación y analizar la incertidumbre acerca de la viabilidad empresarial en el país, entrevistamos a David Jiménez, director corporativo de Asesoría Jurídica.

¿En qué consiste la nueva legislación y cómo afecta a los impuestos que tendrán que pagar las empresas operadoras de juegos de azar en el país?

Por un lado hay una reforma estatal, del Gobierno Federal, y por otro lado hay una reforma fiscal de la Provincia de Buenos Aires. Los dos han modificado los impuestos y han creado nuevos gravámenes al juego.

La pata federal tiene a su vez dos impuestos distintos. Por una parte, el Impuesto a las Ganancias, que es como el Impuesto de Sociedades, que se ha subido a las empresas del juego y también de otros sectores, como a la minería. El Impuesto a las Ganancias Federal para las empresas de juego subió de un 35% a un 41,5%.

Por otro lado, el Gobierno ha creado el Impuesto Específico sobre Apuestas, que es un impuesto indirecto del 0,95% del cash in, que se le imputa al jugador. Esto plantea un gran problema de implementación, pues para que se ejecute realmente como impuesto indirecto, habría que cambiar el software de todas las máquinas. Otra opción sería que las operadoras de juego lo paguen y se lo deduzcan luego de las bases imponibles de sus otros impuestos directos. Si no se hace de alguna de estas maneras, se podría considerar un impuesto directo, y el Gobierno federal no podría aprobar este tipo de tributos sobre el juego, con lo que tendríamos muchos argumentos para oponernos. Por el momento, desde el 18 de mayo estamos pagando ya las cuantías pasadas, desde que el impuesto entró en vigor en marzo, mientras vemos si podemos compensar estas cantidades de cara al futuro y estudiamos las acciones legales para el caso de que no sea así.

Por la parte provincial, se ha subido el impuesto de los Ingresos Brutos del 12% al 15%. Por otra parte se ha acordado el cobro 20 pesos argentinos de entrada a los locales de juego a cualquier persona, lo cual está pendiente de desarrollo parlamentario. La ley establece que la implementación de este canon de entrada se ceda a los municipios, que tienen que encargarse de desarrollar la ley y recaudar el impuesto, que luego iría la mitad para el municipio y la otra mitad para la Provincia.

El problema es que esto requiere un desarrollo reglamentario en cada municipio, con muchos detalles por definir, como si la entrada la va a cobrar un empleado del municipio o de la Compañía, qué ocurriría si se formasen colas a la entrada del negocio provocando que la gente se vaya, cómo se hará para no cobrar dos veces a la gente que entra y sale de la sala,  o si se le hará pagar entrada a los que vayan solo al restaurante pero no a jugar, por ejemplo.

Antes, según la ley, la entrada podía cobrarla el operador de juego, aunque esto llevaba muchos años sin hacerse. Ahora, el operador ya no va a poder cobrar entrada porque lo hará el municipio.

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David Jiménez, director corporativo de Asesoría Jurídica, en su despacho de Madrid.

Los sindicatos de trabajadores se han mostrado contrarios al nuevo texto y los empresarios del juego han levantado la alerta sobre posibles cierres de salas y despidos. ¿Cómo puede afectar este impuesto al desarrollo de la actividad en el país?

Cualquier carga impositiva a un sector implica que los resultados sean menores, con lo cual que las empresas tengan que ajustar costes. Dependerá mucho de la dimensión de la empresa cómo le afecte. A las pequeñas empresas les puede perjudicar con más intensidad. Podríamos esperar una concentración del mercado.

En Italia, por ejemplo, las subidas impositivas llevaron a una concentración del mercado. Los operadores pequeños han ido quitándose del medio y cada vez hay menos operadores y más grandes. En Italia, de todas formas, se abrieron vías para compensar por otro lado y nosotros lo que hemos hecho finalmente ha sido comprar operadores y crecer. A corto plazo en cualquier caso siempre existe impacto.

¿Está ya reglamentada la nueva Ley? ¿Cuándo entró en vigor?

La ley está reglamentada y entró en vigor el pasado 16 de marzo, a falta del desarrollo tecnológico para la recaudación del 0,95% del Impuesto Específico Sobre Apuestas y de la parte de los 20 pesos de entrada a los locales de juego.

Para la reglamentación, las empresas operadoras de juego dan ideas, participan en el proceso. Nosotros contribuimos por medio de Relaciones Institucionales, que tiene reuniones con el regulador. Como intervienen también los sindicatos, las asociaciones de juego…

¿Qué es un reglamento? ¿En qué se diferencia de una ley?

La diferencia es que en la reglamentación, ya no participan las Cámaras. La ley es una negociación política pero es el poder ejecutivo el que desarrolla los detalles en el reglamento. Es un tema técnico que por un lado lo van a hacer los municipios, pues la Provincia ha delegado en ellos, y por otra parte el Gobierno central.

Un informe publicado por los empresarios del juego del país habla de posible conflicto de jurisdicción. ¿Existe entonces la opción de que se paralice la entrada en vigor del texto?

No estoy tan seguro de que haya un conflicto de jurisdicción. Lo vienen diciendo porque hasta ahora se repartían los casinos, que eran federales, y los bingos, que eran provinciales. Pero creo que no hay un conflicto, creo que el Ejecutivo puede legislar sobre el juego.

El casino hasta ahora sólo lo regulaba el Gobierno Federal. Ya no es así porque una de las cosas que hizo Macri fue que parte de los impuestos que pagan los casinos van a la Provincia. Por otro lado, el tema provincial es sólo en Buenos Aires.

No hay opciones de marcha atrás en esta ley. Ahora se trata de intentar sacar la mejor regulación posible y en eso estamos, en procurar que sea lo menos dañina, que sea asumible. Y luego vamos a tratar de que todo esto venga acompañado de alguna medida positiva para la industria, como que el Gobierno apruebe el online, que se puedan poner más máquinas… de manera que se atenúe parte del impacto, se compense.

¿Cuál es la posición de Codere respecto a esta subida impositiva?

La posición de Codere ahora mismo es intentar influir junto con el sector para que los reglamentos sean lo mejor posible y luego ver qué impacto sale de todo esto. Si el impacto es demasiado grande, la posición va a ser ir a los tribunales para defender que todo esto, en su conjunto, es confiscatorio para la industria. Pero eso no lo puedes hacer hasta que no conozcas toda la regulación y no tengas ya un primer test de qué repercusión está teniendo en el resultado de la operación. Por eso ahora mismo estamos viendo los reglamentos de cerca para una vez que estén, hacer proyecciones y sacar conclusiones, como ver si hay que preparar recursos para que se anule por confiscatorio. Veremos, los primeros meses, cómo se materializa esto.

¿Qué consecuencias podemos esperar en el Grupo tras la entrada en vigor de la nueva legislación?

Para conocer las consecuencias hay que esperar a ver los reglamentos completos, pero de entrada podemos aventurar que, al menos inicialmente, aumenta la carga impositiva, con lo cual afecta a los resultados por lo que pondremos en marcha medidas correctivas para tratar de alcanzar el EBITDA esperado por la unidad de negocio. Luego, por la parte que atañe al jugador, lo normal es que haya un descenso, que no sabemos si será moderado o radical. Lo normal es que la curva baje en un principio y luego remonte, pero vamos a ver cómo se implementa esto.