Desafíos para el Cono Norte

 

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Diego Felipe Navarro (Country Manager de Colombia) durante la presentación de Desafíos Cono Norte en Colombia

Madrid, 5 de septiembre de 2018.- Los cambios forman parte esencial y necesaria de la vida, sin embargo, alteran la estabilidad a la que estamos acostumbrados, por lo que son estresantes por definición. De manera inherente a ellos, aparecen sentimientos de miedo e incertidumbre ante lo desconocido, que pueden llegar incluso a paralizarnos. Si nos dejamos llevar por ellos y nos quedamos quietos, probablemente nos hundiremos, por lo que una actitud proactiva es necesaria para aprovechar el potencial de evolución latente en los periodos de transición.

La mente puede llegar a ser nuestra principal saboteadora, cuando no aprendemos a enfocarla ante estas situaciones. Observarla, para ser conscientes de nuestro diálogo interno y poder erradicar así ideas falsas y perjudiciales, resulta básico para poder transformar la supuesta amenaza en un reto positivo.

El ámbito laboral no es ajeno a estas realidades y nuestra capacidad de respuesta ante los cambios que plantea, es primordial para una adaptación positiva. Actitudes como la aceptación, el análisis, la flexibilidad y la vocación de crear valor en los nuevos escenarios, determinarán nuestro éxito en la siguiente etapa.

Con este propósito, de compartir con los equipos directivos, gerenciales y mandos medios del Cono Norte, los cambios, retos y dificultades que se han venido afrontando recientemente tanto en el Grupo como en la región, así como los sentimientos aparejados a estos procesos y las oportunidades que aguardan, se celebraron durante el pasado mes de julio los encuentros “Desafíos del Cono Norte”, en México, Colombia y Panamá.

“En estos últimos meses hemos vivido una fuerte transición en los tres países, con un cambio gestión global de la compañía, la definición de un nuevo plan de negocio y transformaciones estructurales que se han traducido en una simplificación y reorganización de nuestra plantilla, con variaciones funcionales, para la toma de decisiones más ágiles y la generación de otra serie de eficiencias. La zona se plantea ahora nuevos retos y exigencias, y creíamos que era fundamental reunir a los colaboradores para hacer un alto en el camino y comentar con ellos cómo se está moviendo la compañía hacia delante, por qué se han hecho las cosas que se han hecho y qué expectativas tiene ahora el Grupo para el futuro”, explica Carlos Villaseca, COO de Norte América.

Unas 550 personas de Codere México, 130 de Panamá y alrededor de un centenar de Colombia, participaron en estas jornadas, en las que también se atendió al contexto particular de cada unidad de negocio.

Codere inició las operaciones en México 1998 por medio de sus alianzas con los grupos CIE y Caliente, convirtiéndose en pionero en la industria del país. Colombia por su parte fue el primer país del Cono Norte en iniciar la operación de máquinas recreativas, en 1984, y desde entonces la compañía mantiene su posición como mayor operador. Por último, Panamá arrancó la actividad en el año 2005, en un mercado muy competido donde se ha mantenido un crecimiento muy superior al de la industria en el país.

Ahora, es el momento de aprovechar las sinergias posibles entre estas operaciones para poder mantener una posición de liderazgo en un entorno en el que la competencia es creciente –con la apertura de nuevas salas, estrategias comerciales cada vez más agresivas y unas condiciones de permisos distintas para los integrantes de la industria-, y donde crece además la incertidumbre por los cambios en los gobiernos, la falta de claridad sobre sus posturas en cuanto a la industria y las últimas devaluaciones de las monedas locales, frente al euro y el dólar.

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Presentación de Desafíos Cono Norte en México

“Las circunstancias macroeconómicas y los movimientos del mercado nos sitúan en un entorno  muy dinámico y de alta competencia, dificultoso. Por otro lado, nuestro plan de negocio, que tiene como principal objetivo confirmar nuestro rumbo estratégico y maximizar el valor de la compañía, supone una mayor exigencia para la operación. En el caso de Colombia, está siendo necesaria una reinvención del modelo, que se traduzca en una viabilidad del negocio, deteriorada en los últimos años. En México o Panamá, si bien haremos inversión en crecimiento inorgánico, es necesario también que el negocio existente dé las rentabilidades oportunas. La expectativa es que esta compañía siga prosperando y creciendo en los próximos años a cotas significativas”, añade Carlos Villaseca.

Consciente de los sentimientos negativos, como el miedo o el temor, aparejados a estas transiciones, Villaseca anima a los colaboradores a “ver con la naturalidad estas emociones, entender que son compartidas por cualquiera en la situación y reenfocar la mente para resignificar los sucesos”, de manera que afrontemos las nuevas realidades de la manera más positiva posible.

“El cambio en un inicio produce cierto shock, negación o frustración. Pero si lo aceptamos, si lo afrontamos de forma vital y tratamos de recibirlo con cierta ilusión, o al menos de forma neutra, podemos extraer un aprendizaje, que una vez aplicado nos va a ayudar al crecimiento, que es finalmente lo que todos esperamos”, explica.

Dentro de estas sesiones se le transmitió asimismo al personal que el área tradicionalmente conocida como “Recursos Humanos”, también ha sufrido una transformación, pasando a llamarse ahora “Personas”.

Deysi Liñan, directora de Personas en la región, explica que esto “significa también un desafío y una experiencia de evolución y aprendizaje que involucra la transformación de las principales líneas de gestión -como son el clientecentrismo, la digitalización, la marca única o la eficiencia y rentabilidad de los recursos-, que nos exigen grandes cambios, pero que nos enfocan en dar respuesta a las necesidades y tendencias estratégicas a las que, como gestores de Personas, nos debemos, siendo agentes dinamizadores del cambio y la transformación en la que estamos enmarcados y aportando valor a la gestión”.  De esta manera, añade, “tras una etapa complicada y de toma de decisiones difíciles pero necesarias para la operación, tenemos objetivos claros y específicos a desarrollar, que nos permiten ser un aliado fundamental para el logro de los objetivos”.

Desde el área de Personas se ha venido trabajando, a lo largo de los últimos meses, en el enfoque de una organización que, “si bien es cierto ajustada en estructura, tiene una gran claridad de los retos venideros en cuanto al desarrollo y fortalecimiento de los equipos de trabajo, tal es el caso de nuestro Proyecto Rumbo, que nos permite identificar a los colaboradores que muestran potencial dentro de sus áreas y que nos permitirá desarrollar aún más su capacidad, de manera que se haga a esta organización más robusta y con equipos altamente comprometidos y capacitados para asumir los desafíos que se nos presenten”, concluye Deysi Liñan.