España, verdad en juego

 

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Madrid, 15 de octubre de 2020.- El 84,9% de la población española adulta (30 millones de personas) juega, y lo hace como una opción de entretenimiento. Algunos lo hacen exclusivamente en juegos de suerte –como las loterías- y otros lo combinan con opciones de socialización y ocio, ofrecidas por el juego privado. Esta cifra es inferior a la que se registraba antes de la crisis de 2007, lo que refleja que los usuarios no participan en estas opciones como posible solución a sus problemas económicos, sino como alternativa recreativa, entendiendo las pérdidas como otra inversión cualquiera en entretenimiento, como pueda ser una entrada de cine, teatro o consumición en hostelería.

Son conclusiones del XI Informe juego y sociedad, un estudio que, mediante datos objetivos sobre la percepción social del juego, sirve como guía para conocer la realidad sobre nuestro sector. Este informe comenzó a realizarse a través de la Fundación Codere y es actualmente promovido por la patronal CEJUEGO, de la que nuestra compañía forma parte.

El informe, que se presentó el pasado 30 de septiembre de manera telemática, debido a la crisis sanitaria, es desarrollado con la independencia y rigor de la Universidad Carlos III de Madrid, mediante su Instituto de Política y Gobernanza. Sus conclusiones arrojan luz sobre algunos mitos instalados entre la opinión pública sobre el sector, mostrando de nuevo que hay muchas falsas creencias construidas sobre una realidad de la industria que poco tiene que ver, y señalando que tenemos un largo e intenso camino por delante para dignificarla.

El estudio ofrece también resultados muy reveladores relacionados con el juego problemático en España, a tenor de los datos publicados por el Ministerio de Sanidad:

  • Si analizamos los casos diagnosticados por trastorno del juego, se concluye que son cerca de 7.000 personas las que muestran juego problemático en el país, es decir, un 0,02% de la población entre 18 y 75 años.
  • Si tomamos en consideración las directrices de DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), este porcentaje es el 0,3%.
  • Si nos centramos en los criterios definidos por PGSI (Problem Gambling Severity Index), se trata del 0,1%.

En palabras de Alejandro Landaluce, director general de CEJUEGO, principal patronal del juego privado en España “el propio Ministerio de Consumo reconoce que la cifra de juego problemático en España es una de las menores de Europa. Cuando intervienen las emociones, sentimientos, ideologías o tendencias, la razón de los datos deja de tener importancia y se imponen otros criterios».

Por su parte, José Antonio Gómez Yáñez, autor del estudio junto con Carlos Lalanda Fernández, abogado y miembro del Consejo de Estudios de Políticas y Legislación del Juego, señala que “en España no tenemos un problema de trastorno de juego más allá de casos personales. Esto no ocurre por casualidad, sino desde hace unos 20 años aproximadamente, y es una satisfacción de trabajo bien hecho por parte de empresas, que cumplen con la normativa y colaboran con la regulación, y las administraciones, que han sabido regular adecuadamente”.

A cada perfil de jugador, una opción de juego

El reciente estudio realizado por la Universidad Carlos III de Madrid, avala que cada público tiene su juego, y es raro que exista conexión con otros juegos. Las personas eligen uno o dos, no todos.

Así, sabemos que las personas que tienen problemas económicos juegan principalmente en la oferta pública de SELAE y ONCE (y no tanto en la oferta de casinos, bingos u otros juegos de la iniciativa privada) porque estos generan sobre todo ilusión de ganar grandes cantidades de dinero con una pequeña inversión, como sucede en las primitivas o loterías del Estado, que se juegan con elevada regularidad. Entre sus fieles, encontramos personas con problemas económicos que persiguen pagar créditos o hipotecas, con un público fiel de 14 millones de personas.

Por otro lado, en Navidad se produce una venta muy elevada de cupones de lotería, que se compran por envidia preventiva con el objetivo de tener las mismas opciones de ganar que otras personas de nuestro entorno que han participado.

En relación a ONCE, ha reinventado su oferta con “los rascas”, un juego con elevada participación entre los jóvenes, que por poco dinero ansían lograr una recompensa muy elevada de forma inmediata.

Si hablamos de juego privado, los mitos y falsas creencias vuelven a derrumbarse. A las salas acuden clientes de estatus medio o alto con el objetivo de tener una experiencia socializadora, no con la esperanza de poder pagar la hipoteca con los beneficios.

En el caso de las máquinas tipo B, el perfil común son personas que echan las vueltas del café o de la comida, le dedican dos minutos y lo olvidan. No existe tasa de recuerdo.

En juego online, según los datos de DGOJ, existen 630.000 cuentas, pero que jueguen con cierta regularidad (se consideren activas) son 330.000, lo que supone una tasa de juego muy baja. Esta modalidad genera mucho ruido, pero en realidad tiene poco seguimiento y los clientes no son fieles a un operador, sino que van probando y se conectan con poca frecuencia (de una a tres veces al mes).

En el caso de las apuestas, cuya demanda se está estabilizando, el jugador tipo es un hombre, aficionado a los deportes, menor de 45 años.

En Codere tenemos la convicción de que la única forma de tomar buenas decisiones respecto a un sector es tener información objetiva sobre él.  Esto es lo que año tras año se hace con el informe Juego y sociedad, que da una idea muy clara sobre la situación de la industria para favorecer un análisis objetivo sobre ella y la óptima toma de decisiones.

En España no existe un problema social de juego, sino problemáticas individuales que igualmente hay que prevenir, detectar y orientar siendo el objetivo de la compañía proteger al máximo a los posibles colectivos vulnerables.

Indudablemente, el objetivo de cualquier compañía de juego responsable, pasa por la necesidad de que este porcentaje sea nulo. Por eso, Codere trabaja para ser líder en políticas de juego responsable, para lo cual está desarrollando e implementando un programa de RSC, con medidas orientadas a lograrlo, tal y como puedes conocer en el reportaje de la herramienta CPR que publicamos en este mismo número.