Ciberseguridad somos todos

 

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Madrid, 24 de noviembre de 2020.- En el contexto actual, nuestra relación con la tecnología incrementa de manera exponencial y, con ella, el número de aplicaciones que utilizamos y sitios por los que navegamos. Un escenario perfecto para los ciberdelincuentes, que desarrollan cada vez delitos más sofisticados.

Para proteger a nuestra organización de esta nueva ingeniería delictiva, nuestra compañía está realizando un esfuerzo adicional desde que comenzara la pandemia, reforzando las medidas que ya estaban implementadas con nuevos mecanismos de protección necesarios en una etapa en la muchos colaboradores comenzaron a teletrabajar de forma casi improvisada debido a la pandemia.

En palabras de Fanny Pérez, directora Corporativa de Seguridad de la Información, “desde el área trabajamos de forma permanente para securizar la información. Para ello, intervenimos sobre los sistemas a través del uso de diferentes soluciones tecnológicas. Sin embargo, tan importante como esto, es que cada uno de nosotros nos concienciemos de que la seguridad es responsabilidad de todos, que cualquier eslabón que falle en la cadena, expone al grupo”.

La seguridad depende de todos

Diferentes estudios realizados a nivel mundial, pero también la propia experiencia de Codere, avalan que los empleados somos los más vulnerables y que no prestamos atención a la hora de abrir un correo, acceder a un archivo o aceptar condiciones de uso. La elevada sofisticación que se emplea a la hora de desarrollar un virus desafía a la capacidad de atención del usuario. Solo hace falta bajar un poco la guardia para caer en la trampa.

Tal y como afirma Fanny, “debemos prestar la atención necesaria a quién nos manda cada correo, si procede de una dirección conocida o correcta, o existen fallos que nos pueden hacer dudar de su identidad. Si contiene un lenguaje extraño o construcciones gramaticales erróneas, como sacadas de un traductor de internet. Si nos solicita datos personales, o nos invita a su reenvío o descarga de archivos adjuntos”.

Y advierte: “Bajamos la atención, actuamos de forma automática y eso propicia que abramos la puerta a delincuentes cuyo único objetivo es robar información o chantajearnos. Todo esto se detendría si, en lugar de actuar de forma impulsiva, nos tomásemos un momento para realizar comprobaciones básicas”.

Porque, para no caer en las trampas de los ciberdelincuentes, debemos extremar las precauciones y seguir las siguientes pautas:

  1. Protege tu información y tu equipo: Actualiza los sistemas operativos, programas y aplicaciones instaladas. No hacerlo los hace vulnerables a nuevos virus.
  2. Sé discreto en la red: Solo tú decides qué información crees que debe ser pública. Acostúmbrate a ajustar las preferencias de seguridad y privacidad, y revísalas periódicamente.
  3. No uses tu cuenta de correo corporativa para acceder a redes sociales.
  4. Piensa antes de hacer clic o responder: la mayoría de los ataques cibernéticos se originan desde un phishing. Los hackers utilizan esta técnica para invitar a los usuarios a hacer clic, descargar algún fichero o responder a un mensaje con información sensible. Es fundamental estar siempre atentos a este tipo de mensajes y saber detectar las señales que pueden indicar que se trata de una trampa: ¿Esperabas este mensaje? ¿reconoces a quién te lo envía? ¿te piden que realices alguna acción?
  5. Mantén tus contraseñas seguras: las claves son la llave al mundo digital y por eso es fundamental que sean robustas y, sobretodo, fáciles de recordar. Una contraseña es más segura por su extensión que por su complejidad.
  6. Si sospechas, repórtalo: las personas pueden llegar a ser la línea de defensa más fuerte en la ciberseguridad. A la mínima sospecha ante un mensaje o llamada, es indispensable contactar con corporativo@codere.com y reportarlo.

En un clima de confusión, un solo clic es suficiente para comprometer la actividad empresarial y cualquiera de nosotros puede ser la víctima.

Ahora, más que nunca, presta atención a todos los contenidos que recibes a través del correo electrónico, mensajes SMS, aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales o plataformas de comunicación.

Recuerda que un incidente de seguridad puede conllevar responsabilidades legales, tanto a nivel interno como frente a terceros, así como generar un grave impacto económico en la cuenta de resultados y en nuestra reputación.

Piensa antes de actuar y no bajes la guardia. Un simple despiste es suficiente para comprometer nuestra seguridad.