Editorial 26 de mayo

Estimados:

Nuestra compañía presentó la semana pasada los resultados del primer trimestre del año, que continúan reflejando el severo impacto que las medidas restrictivas por la pandemia están teniendo sobre nuestro negocio presencial en todos los mercados.

La operación italiana se mantuvo cerrada durante este tiempo, y la alentadora recuperación de los ingresos al retomarse la actividad en las demás unidades, se vio afectada por nuevos cierres en México, Uruguay y Panamá, y limitaciones en el resto de países, traduciéndose esto en una caída del 54% de nuestra facturación, frente al mismo periodo del año anterior. Adicionalmente, en abril fue cerrada nuestra operación de Argentina.

Mientras, nuestro negocio online continúa creciendo. El pasado mes de marzo conseguíamos la licencia para operar en la ciudad de Buenos Aires, y hace escasos días para poder ofertar casino digital en Panamá, donde ya operamos online con apuestas deportivas. A lo largo del trimestre, los ingresos de esta división han crecido alrededor de un 24% interanual, afianzándose como una de nuestras principales prioridades estratégicas, entre otros motivos por la importante transferencia de usuarios al canal online que ha impulsado la pandemia, que va a seguir intensificándose y nos obliga a un esfuerzo adicional en pos de la omnicanalidad.

En cualquier caso, el contexto es desafiante y especialmente agresivo para la industria del entretenimiento en general, y para la del juego muy en particular. Por ello, aunque las medidas de contingencia implementadas han mostrado su eficiencia, reduciendo a la mitad los gastos operativos en este periodo y permitiéndonos regresar a un EBITDA positivo en el primer trimestre, se hacía necesaria la nueva inyección de liquidez acordada con nuestros bonistas a través del acuerdo alcanzado el pasado mes.

Estos días, tanto la junta de accionistas como más del 90% de nuestros acreedores han ratificado este acuerdo, que supone una inyección de 225 millones de euros  adicionales en el grupo y la capitalización de alrededor de 367 millones de nuestra deuda. La pandemia, así como la  necesidad de austeridad y eficiencia continúan, pero conforme a nuestras proyecciones pensamos que con estos recursos tendremos la liquidez suficiente para seguir adelante hasta la normalización del negocio y reanudación de nuestra senda de crecimiento.

Mientras tanto, la crisis sanitaria nos recuerda con vehemencia que no hay forma de adelantarse a ciertas casuísticas, y de tener certezas y seguridad  sobre el devenir de las cosas. Venimos a transitar la vida sin manual de instrucciones, y por más que ansiamos certidumbre, el carácter de la existencia es incierto y de transformación continua, y a veces parece exceder nuestra capacidad de respuesta.

Lo que nos queda entonces adaptarnos, aprender, tratar de prever los escenarios que razonablemente pueden ocurrir, y prepararnos para ellos, que es lo que hemos hecho con este acuerdo. También, dar lo mejor de nosotros en el día a día, sin bajar la guardia, ocupándonos de forma responsable de lo que está en nuestras manos y  podemos controlar.

Por eso, en Codere seguimos haciendo un énfasis especial en el fomento de nuestros valores, porque son  guías de nuestro accionar para evolucionar hacia el logro de los objetivos del grupo. Recordamos en este número nuestro compromiso con la transparencia y la integridad, que implica trabajar con honestidad y expresar nuestra verdad en cada momento, comunicando de forma veraz y relevante, y generando con nuestra labor confianza y lealtad en nuestra gente, para poder construir así relaciones sólidas y de largo plazo.

Aprovecho por último estas líneas para agradeceros vuestra labor, que ha sido acicate fundamental para la confianza mostrada por los bonistas en el Grupo. Muy especialmente, a los equipos que han estado en primera línea en la negociación de este acuerdo. Comenzamos una nueva etapa, continuemos dando juntos lo mejor que podamos.

Un saludo,

Vicente Di Loreto, director general de Grupo Codere

(26 de mayo de 2021)