Codere asegura su viabilidad

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Madrid, 26 de mayo de 2021.-El pasado 22 de abril nuestra compañía alcanzó con sus acreedores un acuerdo clave para asegurar la viabilidad del grupo.

Tras meses sometidos al impacto de los cierres y restricciones de nuestra actividad presencial a consecuencia de las medidas preventivas adoptadas en los distintos países en respuesta a la pandemia, se  hacía indispensable una nueva inyección de liquidez para sostener el negocio hasta que la situación se normalice.

Pasadas semanas de conversaciones, y gracias a nuestros bonistas y su confianza en nuestro proyecto, equipo gestor y plantilla de colaboradores, lográbamos la financiación necesaria para atravesar la crisis sanitaria.

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Para comprender mejor en qué consiste este acuerdo de reestructuración y cómo nos afecta, hablamos con nuestro director financiero, Ángel Corzo, ingeniero aeronáutico y Master en Gestión Estratégica, que conoce profundamente el proceso y nuestra compañía, a la que entró a formar parte hace ya 15 años.

¿Por qué se hacía indispensable este acuerdo para nuestro grupo?

La pandemia ha supuesto un fuerte impacto para la industria del entretenimiento en general, y para nuestro sector y compañía en particular. Desde que comenzó y durante todo este tiempo, nuestro negocio presencial ha estado sometido a cierres y restricciones que han limitado considerablemente nuestros ingresos lo que, a pesar de los esfuerzos por parte de todos y cada uno de los que formamos la organización por reducir gastos, ha acabado por minar nuestra posición de liquidez y nuestra capacidad de mantener la compañía abierta esos meses más que nos quedan hasta alcanzar una nueva normalidad.

Para hacer frente a la situación y preservar la liquidez del grupo,  pusimos rápidamente en marcha un Plan de contingencia que limitase las salidas de caja y extremase eficiencias. Sin embargo, la crisis sanitaria se está prolongando más de lo esperado, con múltiples olas en algunos de nuestros mercados, y para poder afrontar los gastos que supone mantener esta maquinaria sin generar prácticamente ingresos, se hacía efectivamente indispensable la entrada de recursos adicionales en forma de caja que nos permitan gestionar la situación.

El año pasado logramos un primer financiamiento, de 250 millones de euros, de los cuales una gran parte fue destinada al repago de deudas que ya existían. Pensamos que sería suficiente para atravesar la crisis, estábamos en ese momento reabriendo nuestros negocios y además, a medida que lo hacíamos, veíamos que nuestros ingresos se recuperaban mejor de lo esperado. Sin embargo, la aparición de nuevas olas del virus con un impacto muy fuerte en los países en los que esperamos desde finales del año pasado llevó a las autoridades a imponer nuevas restricciones y cierres totales en muchas operaciones. Italia, Argentina o Uruguay, por ejemplo, continúan sin poder operar.

Necesitábamos por lo tanto más liquidez e hicimos un análisis de las alternativas posibles para conseguirla. Hablamos con nuestros accionistas, que por distintas razones no estuvieron en condiciones de acompañar financieramente a la compañía; investigamos las distintas opciones de financiación que ponían al alcance los gobiernos y finalmente, tras complejas negociaciones, la vía más adecuada resultó ser el acuerdo con los bonistas recientemente firmado y que llamamos “lock-up agreement” por el cual ellos asumen las responsabilidad de aportar los recursos necesarios y asegurar la viabilidad del negocio.

¿En qué consiste este acuerdo?

El acuerdo implica una nueva aportación de 225 millones de euros por parte de los bonistas en un ejercicio de protección de su inversión, pero también de confianza en las perspectivas del grupo y en la capacidad del equipo humano que compone la organización de volver a poner a Codere en la posición que se merece.

Tiene además otra serie de aspectos adicionales de relevancia, como es la capitalización de más de 350 millones de euros de deuda, de manera que nuestro endeudamiento queda reducido a 700 millones. Este nivel de deuda, si bien es una cifra elevada, es razonable una vez volvamos a la normalidad operativa y de generación de caja, teniendo en cuenta que cuando las condiciones del mercado sean otras, podremos refinanciar para mejorarlo.

Además, se extiende el plazo de vencimiento de la deuda existente dos y tres años, con lo que nos da más tiempo para completar la reactivación, actualizar nuestro Plan de negocio y adaptarlo a la situación antes de tener que hacer frente a nuestras obligaciones en este sentido, ahora en septiembre de 2026 y noviembre de 2027.

El resultado de esto es que se generará una nueva sociedad a la que será trasmitida la parte operativa nuestro grupo y a través de la cual los actuales acreedores, que han aportado 475 millones de euros de caja en los últimos doce meses, pasarán a tener el 95% del capital social y los actuales accionistas el 5%.

Lo previsible es que hacia finales de año, Codere S.A. entre en liquidación, con lo que  dejará también de cotizar en bolsa. Sus accionistas recibirán entonces acciones de la nueva compañía por la parte proporcional de ese 5%. El que no quiera recibir participaciones, podrá venderlas y obtener la liquidez correspondiente.

Lo bueno para todos es que el grupo volverá a ser una  compañía saneada, que tendrá mayor valor porque su viabilidad no estará en entredicho y el balance entre su deuda e ingresos será más equilibrado.

Aunque Codere S.A. deje de cotizar, seguiremos siendo una compañía pública, pues nuestra deuda cotiza, con las exigencias de reporte, rigurosidad y transparencia que eso conlleva.

¿Qué requisitos son necesarios para que este contrato sea efectivo?

Para ser efectivo el contrato requería conseguir el apoyo de un número mínimo de acreedores y que la junta general ratificase el acuerdo. Las dos cosas han sucedido ya a lo largo de este mes y es por ello que los bonistas han ingresado dos primeras inyecciones de capital, por importe total de 100 millones de euros. Cuando finalice el proceso de reestructuración, que será previsiblemente a finales de septiembre, se ejecutará el resto de la financiación acordada.

¿Qué cambios supone para los empleados la creación de esta nueva compañía?

La parte operativa de nuestro grupo está bajo la sociedad Codere Newco, que continúa intacta en este proceso, solo que bajo una nueva compañía holding. Por lo tanto, nuestra operación sigue estando en una empresa española y se mantiene como hasta ahora, pues los nuevos accionistas ya nos han adelantado que no pretenden realizar ningún cambio en los equipos directivos y de trabajo.

La nueva compañía holding, paraguas societario, tendrá un nuevo Consejo de Administración, que estará compuesto por cinco miembros, uno de ellos nuestro CEO, Vicente Di Loreto.

Es interesante el hecho de que como consecuencia de esta reestructuración, el conflicto entre nuestros accionistas actuales, que tanto nos ha impactado a nivel de reputación y de dedicación de recursos, quedará encapsulado en Codere S.A, no trasladándose a la nueva sociedad holding, y, por tanto, quedando aislado del grupo operativo.

¿Qué margen temporal nos da la nueva entrada de fondo?

Hemos hecho algunas proyecciones que son públicas y también bastante conservadoras y prudentes. Contemplan que será en 2023 cuando nuestros ingresos comiencen a alcanzar los niveles de 2019, aunque la seguridad absoluta no la tiene nadie, porque no sabemos a ciencia cierta cómo evolucionará la vacunación, ni cuándo finalizará la pandemia. Lo importante es que hemos previsto los distintos escenarios que razonablemente pudieran ocurrir y estamos bien cubiertos para ellos.

De todas formas, en el acuerdo firmado con los bonistas hemos contemplado la posibilidad de que en el caso de necesidad pudiera haber un nuevo ingreso de otros 50 millones de euros adicionales. Creo que la situación nos da bastante tranquilidad, especialmente por el compromiso que nuestros nuevos accionistas acaban de demostrar. Nuestra empresa tiene asegurada la continuidad de su marcha y el poder satisfacer sus compromisos.