Pequeños gestos que cambian la cara al planeta

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Madrid, 29 de julio de 2021.- En 2015, los estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como parte de la agenda 2030. Un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y perspectivas de las personas en todo el mundo. Si bien es cierto que en los últimos años se han producido avances, se hace necesario acelerar el ritmo de la colaboración, para frenar el del deterioro.

Las restricciones de movilidad por la pandemia provocaron un brusco descenso de la contaminación, al reducirse los desplazamientos en vehículos a motor, la producción industrial y el consumo. Como resultado, hemos visto nuestras aguas más limpias, el cielo más claro e incluso algún que otro animal salvaje transitando por el paisaje urbano.

Pero a medida que vemos el final del túnel respecto al coronavirus, divisamos también el espejismo de este oasis en el desierto, porque según vuelve la normalidad, vuelven los índices de contaminación ambiental también a sus niveles habituales.

Por eso, es necesario que todos los inquilinos del planeta tomemos conciencia de cambiar nuestros hábitos y saber que, con pequeños gestos cotidianos, podemos contribuir a luchar contra el cambio climático y mejorar la sostenibilidad del medio.

Hacerlo cuesta muy poco y evadirnos de esta responsabilidad, sale sin embargo muy caro. Tal y como nos recuerda Naciones Unidas, el cambio climático tiene impacto negativo en la economía y en la vida de las personas, con fenómenos meteorológicos extremos o el aumento del nivel de mar.

Con nuestro incremento de la emisión de gases se calcula un impacto en la temperatura media de la superficie del mundo de hasta 3ºC este siglo. .La desertificación y la sequía obligará a desplazarse a grupos de población de unas regiones a otras, creando desplazados climáticos. Por poner un ejemplo, según datos del Ministerio de Medio Ambiente de España, se prevé un escenario donde el total de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas en España llegará al 75% del total del territorio. Estas magnitudes no dejan lugar a dudas.

Por eso, es urgente la modificación de nuestros hábitos, para hacerlos más sostenibles y respetuosos con el medioambiente. Codere ya está poniendo en marcha un plan para el ahorro energético, pero cada uno de nosotros podemos reforzar este compromiso de la organización. Somos alrededor de 12.000 eco-embajadores y juntos podemos causar un impacto importante sobre el planeta reduciendo el consumo de recursos y desechos en nuestro entorno de trabajo y personal.

Se trata de incorporar en nuestra rutina acciones sencillas como:

Consumo eléctrico:

  • Potenciar el uso de la luz natural en lugar de la artificial.
  • Desconectar de la red los electrodomésticos que no se estén usando, como televisión, cargador de móvil, batería de portátil, etc.
  • Usar conectores con múltiples enchufes, y mejor con interruptor de encendido y apagado, para eliminar el consumo de energía fantasma.
  • Renovar los aparatos eléctricos por electrodomésticos eficientes que tengan etiqueta energética A, y llevar los antiguos a un punto limpio.
  • Utilizar bombillas de bajo consumo o fluorescentes.
  • Lavadora y lavavajillas, en programas económicos, con agua fría y siempre llenos.
  • Utilizar la luz solo en los espacios donde sea necesario y haya alguien.
  • Descongelar alimentos a temperatura ambiente.

Climatización:

  • En verano, tender dentro de casa para refrescar el ambiente.
  • En invierno, la calefacción entre 19ºC y 23ºC durante el día, y 15ºC por la noche. El aire acondicionado, a 22ºC como mínimo.
  • Bajar la persiana por la noche para evitar perder la temperatura.
  • Utilizar doble acristalamiento para mejorar el aislamiento térmico.

Consumo de agua:

  • Reparar las instalaciones defectuosas que originan pérdidas o fugas de agua.
  • Cerrar bien el grifo del agua después de utilizarla.
  • Abrir el grifo de la ducha una vez dentro de ella y dejarlo abierto solo cuando se necesita.
  • Siempre ducha frente a baño.
  • Instalar difusores en los grifos o cabezales de ducha para ahorrar hasta más de un 60% de agua.
  • Lavar verduras y frutas dentro de un recipiente en lugar de hacerlo bajo el grifo.
  • No dejar nunca el grifo abierto mientras se hace otra actividad que no requiera agua, al lavarnos los dientes, la cara, durante el afeitado…
  • Reducir la capacidad de la cisterna colocando botellas llenas para ahorrar hasta cuatro litros en cada uso.
  • Instalar un pulsor de doble descargaen la cisterna, con una opción con menos agua y otra con más cantidad.
  • Regar las plantas por la noche. Así aprovechan más el agua que no se evapora.
  • Lavar el coche con cubo y bayeta para evitar despilfarros.

Mascarillas y medio ambiente

Cada mes se desechan 129.000 millones de mascarillas en el planeta, la mayoría fabricadas con microfibras de plástico. Si no actuamos con rapidez y responsabilidad, esto se convertirá en la nueva amenaza medioambiental. Los gobiernos no han velado por establecer una directriz oficial sobre el reciclaje de las mascarillas, por lo que es muy probable que se eliminen como residuos sólidos, y se trata de productos de plástico que no pueden biodegradarse de forma sencilla, sino que pueden fragmentarse en partículas de plástico muy pequeñas (micro y nano), que se extienden por los ecosistemas con la amenaza de acumular y liberar sustancias químicas y biológicas nocivas, como el bisfenol A, metales pesados y microorganismos patógenos, con un impacto adverso en las plantas, los animales y los seres humanos.

Y es que la producción de mascarillas desechables es de una escala similar a la de las botellas de plástico, que se estima en 43.000 millones al mes, con la diferencia de que aproximadamente se reciclan un 25% de las botellas, mientras que las mascarillas no se pueden reciclar, pues es anecdótico el número de contenedores de reciclaje que se han ubicado en las ciudades para este fin.

Así que, si no dispones de un contenedor específico cerca de ti para desechar tu mascarilla usada, tírala a la basura, pero nunca, jamás, la arrojes al suelo.

Pon en marcha estos pequeños gestos hoy, para poder tener un mañana.