Estimados colaboradores:
Quisiera comenzar este editorial agradeciéndoles vuestra paciencia y compromiso durante las últimas semanas, desde que el pasado 7 de octubre anunciamos que nuestros sistemas de control interno habían detectado inconsistencias en las cuentas del primer semestre del año de tres de nuestras filiales latinoamericanas.
Como director general de nuestra organización, me enfoqué personalmente en gestionar este grave acontecimiento, que supone sin duda un contratiempo al trabajo común que realizamos para alcanzar el mayor potencial de nuestra compañía e impulsar nuestra cultura, y que nos obliga a aplicarnos ahora con especial ahínco en la recuperación de nuestra imagen y de la confianza de los mercados. Aseguraros además que, desde el equipo directivo, estamos dedicando un importante esfuerzo en este sentido, y en la implementación de medidas para evitar que acontecimientos así puedan repetirse nuevamente.
Para ello, desde que tuvimos conocimiento de estos hechos, hemos trabajado en varios frentes. En primer lugar, en informar de la situación a nuestro Consejo y luego a los mercados, así como a facilitar la información que requiriera el forense independiente que estuvo al frente de la investigación de este asunto. En segundo, en tomar las convenientes medidas disciplinarias, organizativas y de optimización de procesos; al tiempo que hemos revisado las operaciones en los tres mercados afectados, para adaptar la gestión ante una performance y contexto competitivo distintos a lo que nos venían contando…
Como ya hemos informado, los hallazgos de esta investigación vienen a confirmar el impacto anticipado por la compañía, al cifrarlo en 16,5 millones de euros sobre el EBITDA ajustado de los seis primeros meses del año, de los cuales 14,5 millones de euros corresponden a las cuentas de México, 1,3 millones a las de Colombia y 0,4 millones a las de Panamá, tres mercados cuya evolución está siendo complicada este año por el entorno altamente competitivo y la debilidad del contexto económico.
Gracias a este proceso forense, y a los análisis paralelos que hemos efectuado, hemos podido tener una completa certeza sobre el origen de estas inconsistencias y la mejor forma de poder ponerles remedio.
De esta manera, hemos tomado la decisión de que la responsabilidad de nuestra operación de Retail quede en manos de dos profesionales con una gran veteranía en la compañía y el sector. Será Alberto González del Solar quien lidere las operaciones de los mercados latinoamericanos, y Alejandro Rodino continuará la implementación del plan de acción definido para las operaciones españolas, que está ya mostrando sus resultados positivos. Por mi parte, ocuparé una importante dedicación en el apoyo a la redefinición de nuestro enfoque por mercado.
Además, la semana pasada nombramos a un nuevo CFO para Panamá y Colombia, Gabriel Amado; mientras que el equipo financiero de México está siendo liderado por el momento por el departamento corporativo.
Nuestras decisiones pasan también por robustecer nuestra estructura organizativa, reforzando el papel de los country managers, que añadirán funciones de supervisión. Estamos acelerando además la centralización del control las funciones financieras clave, mediante la implementación de centros de servicios compartidos y de sistemas tecnológicos de supervisión, e implementado un plan de acción tendiente a mejorar el ambiente de control y cumplimiento en todo el Grupo.
Dicho todo esto, quisiera insistir en que supone un intenso y prolongado esfuerzo global el hecho de lograr, en una gran compañía, una transformación cultural como la que nosotros estamos acometiendo, y que sin duda pueden suponer un desaliento este tipo de acontecimientos. Sin embargo, forma a veces parte de los procesos de cambio la renovación profunda, que posibilita que la transformación sea auténtica y consistente. Así, os animo a enfocar este capítulo en la forma en que lo hago: como un acicate para afrontar nuestro camino de crecimiento con aún mayor ímpetu y determinación. Creo que “no hay mal que por bien no venga” y en cualquier caso, este desafortunado evento nos ha permitido identificar comportamientos e integrantes del equipo que no comulgaban con los valores que hemos acordado, y que por consiguiente no pueden tener cabida en nuestra organización.
Saludos cordiales,
Vicente Di Loreto, director general del Grupo Codere
(2 de diciembre de 2019)