A lo largo del pasado año 2013, Codere en su conjunto, ha realizado enormes esfuerzos por mejorar su eficiencia. Como ya hemos explicado en repetidas ocasiones, la estructura de la compañía estaba dimensionada para un continuo crecimiento. No obstante, circunstancias exógenas –como las subidas generalizadas de impuestos en todos los países, las legislaciones antitabaco, la devaluación del peso y la anticipación de licencias en Argentina–, han obligado al Grupo a emprender una reconfiguración para centrarse en la optimización de activos y la simplificación de procesos, con el propósito de consolidar nuestro negocio y dar una mayor viabilidad al proyecto.
Los primeros resultados tras mucho trabajo.
Lógicamente, aún no se han recogido todos los frutos que se han sembrado con el impulso de los programas de mejoras, pero se detectan algunos parámetros que parecen indicar que caminamos en la correcta dirección.
Una de las herramientas que históricamente se ha empleado como termómetro general, es la comparación con los indicadores financieros de las compañías competidoras de referencia. Por ejemplo, frente al 2012, hemos disminuido la diferencia en tres puntos con respecto a nuestros competidores en uno de los ratios de productividad más importantes –ingresos de explotación sobre empleados–. Ello se ha conseguido fundamentalmente mediante la mejora de procesos que simplifican y reducen el volumen de trabajo necesario.
Una de las partidas de mejora más significativa ha sido obtenida por la falta de necesidad de sustituir las bajas voluntarias en los niveles más operativos, sobre todo en México, que arrastraba ciertos excedentes tras la fusión de las operaciones de AMH y Caliente. Adicionalmente, subrayamos la importancia de haber logrado reducir treinta puntos la rotación de personal en la operación mexicana –del 90% al 60%–, que sigue siendo alta, pero es la más baja del sector.
Por otro lado, se ha puesto la lupa en los gastos operativos –consumos, gastos externos, alquiler de máquinas, arrendamientos y otros–, logrando reducir los gastos globales en torno a €25 millones, a pesar del significativo impacto del crecimiento en gasto de Argentina asociado a la hiperinflación del país.
Además, se ha logrado una mayor eficiencia en el uso de CAPEX. Se ha conseguido implantar la dinámica de que cada euro que se gaste tiene que tener un impacto positivo en el negocio que se traduzca en un retorno visible por el lado de los ingresos. También se han puesto en marcha procesos de eficiencia fiscal y de amortizaciones para lograr mayor caja a igualdad de EBITDA. Durante 2013, hemos disminuido 100 millones nuestro CAPEX con respecto al año anterior.
El grado de avance de los proyectos que se han iniciado durante el pasado año y los resultados visibles fruto del esfuerzo colectivo de la organización son satisfactorios.
Perspectivas para el 2014
Si bien durante el 2013 se ha abordado un capítulo muy significativo de mejoras, el nuevo año tendrá que continuar con las iniciativas de eficiencia y ahorro puestas en marcha para adaptar la organización al contexto actual.
Por ejemplo, históricamente en la casa, se invertía en CAPEX de producto unos 30 ó 40 millones anuales. La situación actual ha cambiado y el ritmo de crecimiento de salas es sustancialmente menor. El análisis del área de producto indica que este ejercicio no hará falta invertir tanto en producto porque disponemos de un parque suficiente para hacer frente a nuestras necesidades.
Paralelamente, comenzarán nuevas iniciativas encaminadas a reactivar el crecimiento de ingresos orgánico, es decir, estimulación de los ingresos con escasa utilización de capital. Para ello, se perseguirá producir sinergias entre las distintas unidades de negocio y continuar mejorando la gestión operativa.
En todo caso, la incertidumbre que, en estos momentos, pesa sobre la reestructuración financiera, no debe paralizar los importantes avances operativos que ha conseguido el equipo gestor que garantiza nuestra posición competitiva en todos nuestros mercados.
