Hace dos semanas tuvo lugar en Madrid un encuentro de los responsables operativos de Codere, con la presencia de los consultores G3M, para revisar y cerrar el proyecto de plan estratégico de la Compañía para los próximos cinco años.
En estas reuniones se profundizó en las cuestiones operativas de cada una de las unidades de negocio cuyo impacto es determinante para el cumplimiento del plan estratégico y se definieron planes específicos de acción a llevar a cabo a lo largo del año en curso.
Una de las conclusiones más generales fue que la transformación necesaria para implementar la nueva visión, centrada en el cliente y la omnicanalidad, requiere una sofisticación de la gestión que nos permita mejorar nuestro posicionamiento competitivo.
Esta sofisticación debe impulsarse mediante la especialización de los equipos directivos para reforzar las nuevas áreas de conocimiento relevantes. La segmentación de clientes y las promociones personalizadas, que favorezcan el rejuego y la sustitución de clientes de bajo gasto por los de nivel superior, cobran una relevancia crucial para mantener el diferencial de márgenes con respecto a la competencia, de manera que se justifique nuestra estrategia de consolidación de mercado.
El crecimiento inorgánico será una de las claves para la creación de valor a futuro de Codere, mediante compras de pequeños operadores que puedan suponer una oportunidad interesante. Por eso, durante estas jornadas se dedicó gran parte de una sesión a la metodología que emplearemos para analizar financieramente los planes de acción, que esperamos sean planteados por los países y puedan ser aprobadas en conjunto.
También se analizó la puesta en marcha del cuadro de mando integral que está siendo evaluado por la corporación. Se trata de una herramienta de gestión para el seguimiento de los nuevos indicadores operativos, financieros y estratégicos de los proyectos en curso de una forma más eficiente y homogénea.
(18 agosto 2016)