Editorial 10 de mayo

En Codere, nos renovamos. Y lo hacemos de manera integral, con una transformación que abarca de lo más esencial, a nuestra propia imagen. En un necesario ejercicio de adaptación a un contexto que también cambia, presentando para nuestra industria desafíos constantes; con la continua evolución de los hábitos de consumo de los clientes, la irrupción de nuevas tecnologías, un entorno cada vez más digitalizado y una mayor presión de márgenes.

Y esto último, precisamente porque a este escenario hemos de añadirle el deterioro in crescendo de la percepción social sobre el juego, que hace que muchos gobiernos entiendan el aumento  de la carga fiscal al sector como una solución socialmente aceptada para sus problemas de déficit. Y es que nuestra actividad recibe en algunos mercados fuertes ataques, la mayoría de ellos de manera injustificada, basada en el desconocimiento y con fines partidistas o económicos.

Es por eso que debemos actuar de forma contundente y dar a esta realidad una respuesta que, además de asegurar la generación de valor, colabore a otorgar luz al sector, dignificándolo. Algo que en nuestra compañía siempre hemos hecho pero que desde hace algo más de un año perseguimos reforzar, mediante un proceso de evolución integral para nuestro negocio, organización y modelo operativo, que necesariamente ha de suponer una transformación paralela de nuestra cultura.

Con este propósito, en Codere hemos abordado un profundo proceso de reflexión, en el que durante los últimos meses han participado más de 120 directivos de la organización, para concluir los fundamentos guía que entendemos que aseguran nuestro éxito organizacional.  Porque es necesario tener una idea clara de lo que somos, lo que queremos ser, y para qué; para contar así con una brújula compartida en la toma de nuestras decisiones, individuales y de grupo, y movernos de manera decidida y sinérgica hacia nuestros objetivos. Pues si bien nuestra industria es la del azar, bien sabemos que los grandes logros ni se obtienen ni se mantienen a base de suerte, sino con la puesta en marcha, de manera comprometida y constante, de una serie de principios, que son las reglas del juego.

Y esa ha sido precisamente la visión compartida en este proceso.  Que queremos liderar este competido tablero, pero queremos hacerlo siguiendo unas reglas, con juego limpio y responsable. Queremos ganar desde la integridad y la transparencia, en compromiso con la excelencia, con una actitud innovadora, con foco en la eficiencia y situando al cliente en el centro de nuestra estrategia.

Entendemos que sólo así, actuando bajo estos principios, podremos contarle al mundo de forma consistente, unívoca y coherente lo que  realmente somos, y darle verdadero significado y valor a nuestra marca. Para que nuestro logotipo, ahora más simplificado, moderno y digital, no se reduzca a unas simples letras, sino que sea la expresión de estas creencias y comportamientos compartidos y un motivo de orgullo tanto para los que formamos Codere, como para nuestros clientes.

Nuestra nueva marca ha de ser por tanto el símbolo que encapsule y cristalice esta transformación. Una marca única y global que será la que gradualmente utilicemos en nuestras distintas geografías.

El entorno requiere más que nunca una organización unida, coherente, sólida y responsable. Eso somos nosotros, y con nosotros, cambia el juego.

Vicente Di Loreto, director general del Grupo Codere

(10 de mayo de 2019)