Editorial 28 de febrero de 2014

Tal y como comunicamos a la CNMV, el pasado 17 de febrero, Codere decidió acogerse al periodo de gracia de 30 días que prorroga el vencimiento del cupón del bono en dólares, debido a que la compañía no ha logrado convenir con el comité de bonistas un acuerdo que permita reestructurar el total de su deuda corporativa.

En el último editorial, se explicaron, de forma pormenorizada las razones que motivaron el rechazo de la última propuesta de los bonistas. En síntesis, inaceptable ya que suponía discriminar a los accionistas minoritarios y contravenir la legislación española por parte del Consejo de Administración.

El comité de bonistas muestra su alejamiento y total desprecio hacia la legislación española afirmando que el procedimiento concursal tiene un único resultado: el menoscabo patrimonial de la compañía concursada. Por el contrario, Codere defiende a las instituciones públicas de España, garantes del cumplimiento de la legislación. Lo cierto es que la ley concursal tiene por cometido principal la conservación de la actividad empresarial y supone una protección jurídica para las compañías que atraviesan dificultades financieras pero son viables.

No obstante, Codere mantiene su voluntad por llegar a un acuerdo que evite el concurso de acreedores. En este sentido, la compañía ha realizado sus mejores esfuerzos por presentar propuestas al Comité de Bonistas, defendiendo ante todo el cumplimiento de la ley española, así como la viabilidad y la continuidad del proyecto que se inició hace ya más de treinta años.

Dado que en los últimos dos años la compañía ha sufrido circunstancias excepcionales –tales como la depresión del consumo en sus principales mercados, legislaciones antitabaco, aumento de impuestos y una gran exposición a la volatilidad macroeconómica argentina–, la generación de caja se ha visto resentida y el coste de la deuda ha devenido inasumible. Entendemos que la tensa situación financiera en la que nos encontramos es temporal. El negocio no ha perdido su posición competitiva en los diferentes países donde operamos, pero necesita continuar con los planes de mejora de eficiencia puestos en marcha y reinversión para poder recuperar los volúmenes en los que nos encontrábamos.

Es por ello que nuestras propuestas de reestructuración financiera no se han centrado en “quitas” sino en “esperas” de intereses y principal. Queremos hacer frente a nuestras obligaciones crediticias, pero necesitamos un espacio mayor de tiempo para recuperar nuestros volúmenes de negocio y poder entonces acometerlas.

Por otro lado, continúan las reclamaciones de actuaciones investigadoras en España, en relación con la adquisición de la deuda bancaria senior de Codere por parte de fondos de inversión. La semana pasada, fue el turno del sindicato español CCOO (Comisiones Obreras), que se adhirió a la denuncia presentada por UGT (Unión General de Trabajadores) ante la Fiscalía Anticorrupción en defensa de los trabajadores de Codere. Asimismo, se sumaron a esta postura ciertos accionistas minoritarios, presentando una querella criminal por extorsión, estafa y coacción contra los bancos y los fondos de inversión implicados. Seguiremos de cerca la evolución de eventuales procesos.