En el año del Mundial de fútbol, también nosotros en Codere, para no ser menos, hemos salido al campo con nuestro equipo de incansables jugadores, en la tercera edición de la Copa Gaming Armellini, torneo organizado en memoria de Massimo Armellini, consejero delegado de Lottomatica, que ha contribuido de manera importante al desarrollo del sector del juego en Italia.
El torneo, reservado a las empresas que operan en el mundo del juego, ha visto retarse sobre el campo a Eurobet, Cogetech, Iziplay, Paddy Power, Codere, la Asociación de Aduanas italiana, Lottomatica BetterSlot, Sisal Matchpoint, Bwin, Intralot, Admiral Interactive, todas listas para retarse para la conquista del primer puesto.
Nuestro fantástico equipo ha llegado a la final conquistando el segundo puesto y ganando el premio al mejor defensa sobre el campo, entregado a nuestro colega Leonardo Catena, al mejor entrenador, para nuestro Míster Massimo Fiaschi, y el reconocimiento a la mejor afición.
Escuchamos en la “voz” de dos de los protagonistas, el míster Massimo Fiaschi, compañero del departamento de Tecnología y Servicios Informáticos, y el defensa Francesco Sanfelice, del departamento de Recursos Humanos, cómo nació el equipo Codere y cuáles han sido los momentos más significativos de este torneo.
“Un gran equipo dentro y fuera del campo”
Francesco Sanfelice
Y también este año la competición ha terminado… ¿Qué nos ha dejado en herencia? Me dejo llevar por las emociones que todavía me acompañan y pruebo a sacar a vuelapluma las más significativas para mí.
Nuestra aventura comenzó el pasado otoño en el campo del Centro Deportivo Forum, donde el autoproclamado entrenador, míster Fiaschi, nos marcó enseguida el camino, un objetivo claro a alcanzar. Lo confieso, era bastante incrédulo y escéptico, pero los hechos, afortunadamente, han demostrado que estaba equivocado.
El equipo aumentó poco a poco con el tiempo, pasando de la reducida docena de componentes de la pasada edición al grupo de alrededor de 25 joyas provenientes de nuestras salas, de la sede central y de las sociedades participadas. Una mezcla de sectores y culturas diferentes, cada uno con sus propias aptitudes deportivas, de carácter y emotivas.
El grupo se ha creado, se ha unido, se ha equivocado, ha sufrido y ha luchado unido, permitiéndonos a todos aportar nuestra contribución en los segundos, minutos u horas de juego en los que se nos ha llamado al campo. Nos hemos enfrentado entre nosotros, a veces de una manera ruda, pero con la consciencia de que todo momento, toda palabra y todo enfrentamiento fuera útil para alcanzar el objetivo previamente fijado…
Hemos celebrado juntos el gol marcado, el partido ganado, el obstáculo superado y las metas alcanzadas, pero se nos ha apoyado también en el momento del error, del pase fallado, del balón perdido y del gol encajado. Nos hemos enfrentado a rivales más fuertes que nosotros, pero también a nuestro alcance. Hemos peleado, pero siempre respetando a quien estaba delante, sin caer en provocaciones y sin crearlas, felicitándonos con todos al final de cada encuentro, más allá del resultado obtenido.
Hemos llegado a la final, pero el logro más bonito, en mi opinión, ha sido el de haber llevado a la grada a nuestros compañeros, nuestras familias y nuestros amigos para apoyarnos e impulsarnos a superar los obstáculos.
Las emociones que hemos sentido al entrar en el campo, ver y sentir a nuestros compañeros de las salas, de la sede central, nuestras familias, que durante un momento han olvidado las distancias logísticas y geográficas para gritar en bloque el nombre del equipo, difícilmente se pueden borrar de la memoria. Para algunos quizá todo esto podrá parecer excesivo, quizá demasiado “empalagoso”.
De hecho, con todo, hablamos siempre de un torneo de fútbol entre compañeros, pero querría por una vez ser claro y sugerirles a todos que respondan con la misma claridad, el mismo espíritu de sacrificio, la misma apertura al debate, la misma implicación, la misma voluntad e idéntico compromiso en todo lo que diariamente afrontamos en el trabajo y en la vida para alcanzar grandes resultados. ¡Hasta el próximo partido, entonces! Espero que pueda traernos nuevas enseñanzas y fantásticas emociones!
“Ganar siempre… Nunca rendirse!”
Massimo Fiaschi
Para poder contar del mejor modo posible lo que ocurrió la noche del 9 de junio de 2014, día de la final de la Copa Gaming “Massimo Marmellini”, tengo que volver atrás en el tiempo, exactamente al mes de abril de 2013, es decir, cuando nos inscribimos en la tercera edición del torneo. Enseguida decidimos construir el equipo, ideamos y compramos equipaciones que nos representaran y dimos el pistoletazo de salida a esta aventura maravillosa en la que, por primera vez, me vi envuelto como entrenador.
La primera cosa en la que pensé mientras el equipo se creaba fue en la promesa que nos hicimos en el vestuario el año pasado, justo después de haber disputado el partido que nos ha visto conquistar el cuarto puesto: chicos, ¡somos buenos! El año que viene tenemos que llegar a jugar la final.
La primera cita con todo el equipo fue en octubre de 2013: nos reunimos para definir una estrategia que fuera ganadora. Comenzamos los entrenamientos y los partidos amistosos, de noche, tras el trabajo. Enseguida comprendí que había equipo y ¡crecía velozmente! Por fin llega el día del debut: el 31 de marzo de 2014 a las ocho de la tarde: Admiral contra Codere, el resultado no es de los mejores. Perdemos el partido por 2 a 6. Cualquiera en esta situación se habría desmoralizado, pero nosotros no. Nos hicimos una promesa y teníamos que mantenerla. Hemos creído en ello y los resultados llegaron, entre empates y victorias llegamos a la semifinal, contra Lottomatica.
El equipo está listo, a tope, se encontraron todos los equilibrios sobre el campo, así como la consciencia de que ya nadie podrá detenernos. Entramos en el campo con el freno un poco echado, también porque delante tenemos a los vigentes campeones y, tras diez minutos, encajamos el gol del 0-1. No estamos conformes. ¡No podemos perder!
Ante un público espléndido que ya es parte integrante del equipo, nos ponemos en marcha y primero Fabio Mele y después, con Leonardo Catena y también con Fabio damos la vuelta al resultado y ganamos el partido con un buen 3 a 1. ¡Codere llega a la final!
Es el 9 de junio, la emoción es grande, se siente en el aire atravesando los pasillos de las oficinas. Lo que quisiera contar de este día no es el partido contra Eurobet, que terminó con un 3 a 1 para ellos, sino el espectáculo ofrecido por mis chicos sobre el campo y, sobre todo, por los numerosísimos compañeros y familiares que ya una hora antes del pitido inicial poblaron las gradas luciendo las camisetas de Codere, colgando pancartas y entonando cánticos.
Ha sido emocionante ver a tantos compañeros, reunidos todos juntos, dispuestos a pelear para alcanzar un objetivo y viendo ese espectáculo, a los chicos antes del partido, dije: “¡Nosotros ya hemos ganado!”.
Nuestra formación:
Francesco Sanfelice, Saverio Treglia, Roberto Olivieri , Marco Cupelli, Daniele Manenti , Cristiano Traversi Davide Tomaselli, Fabrizio Mauti, Jacobo López Zafra, Giovanni Agliata; Leonardo Catena (capitán), Riccardo Leo, Luca De Lerma (segundo capitán), Fabio Mele, Marco Fanetti, Antonio Lanzano, Diego Rodriguez.
Y además, a disposición del entrenador, Alberto Garcia, Davide Morelli, Riccardo Ruspantini, Fabrizio Lai y Marco Montesanto.
