Madrid, 29 de julio de 2022.- Una discapacidad solo es una peculiaridad de una persona, no define una identidad. Por eso, en nuestra organización no seleccionamos talento en base a un perfil determinado, sino que nos centramos en las competencias profesionales, actitudes y valores de cada individuo.
Porque el talento no tiene etiquetas, en Codere fomentamos una cultura abierta, que refleje la realidad social y que incremente nuestra competitividad. Queremos atraer e integrar a los mejores, indepedientemente de su edad, género, origen o discapacidad.
Fundación Prodis: el valor de la formación
Una muestra de nuestro compromiso, es la reciente colaboración con Fundación Prodis, dedicada a apoyar a personas con discapacidad intelectual con el propósito de mejorar su calidad de vida, ayudando en su desarrollo personal, inclusión social y laboral.
Recientemente, de la mano de Fanny Pérez, directora Corporativa de Seguridad de la Información y Riesgos Tecnológicos, y Jonás Oficialdegui, director de Control de Gestión de España, hemos participado como ponentes en el programa superior “Máster Empresa” de Prodis, vinculado a la UAM. Se trata del primer Master dirigido a personas con discapacidad intelectual que quieren recibir una formación más específica sobre el mundo empresarial, o desean reciclarse para adaptarse a un nuevo entorno laboral. En él, se combinan formación teórica con prácticas laborales.
En palabras de Jonás Oficialdegui “para nosotros ha supuesto una gran oportunidad impartir las masterclasses. Formadores, director del programa y alumnos, coincidimos en que se trata de una experiencia muy positiva, con gran participación por parte de los asistentes”.
Hipódromos, al trote por un entorno laboral inclusivo
Los recursos económicos tampoco han de ser una limitación a la hora de desarrollar nuestro potencial talento. Nuestra organización también se compromete con las personas que disponen de escasos medios.
Así, para ofrecer a los jóvenes un futuro laboral, nuestros hipódromos ponen en marcha sus escuelas de jinetes, donde forman a personas de bajos recursos no solo en materia hípica, sino académica.
Este es el caso de la Academia Técnica de Formación de Jinetes “Laffit Pincay Jr.”, de la que hablamos en el anterior número de Codere Actualidad. Un centro educativo nacido en 2009 en el Hipódromo Presidente Remón conocido como la “cuna de los mejores jinetes del mundo”, donde los futuros jockeys reciben formación de calidad, que contribuye a mejorar su vida.
Pero no es solo eso. Nuestros hipódromos de Presidente Remón y Maroñas, ofrecen opciones a aquellos profesionales que, por diferentes circunstancias, no podrán seguir con su carrera deportiva a lomos de un caballo.
Este es el caso de Henry Barría, instructor de la Academia Laffit Pincay Jr y asistente del juez de paddock. Comenzó su carrera en el año 96, en la escuela de jinetes de Panamá. Un año más tarde de su debut, obtuvo el reconocimiento de “Jinetes Aprendiz del año”.
En 2005, mientras realizaba tareas cotidianas con el ejemplar Neutron lie, éste le causó una fractura en la pierna izquierda que le obligó a estar en recuperación durante casi dos años. En el año 2006 fue nombrado instructor y, desde entonces, imparte clases sobre práctica profesional, educación física y técnica avanzada. Además, en 2011, gracias a su enorme dedicación y responsabilidad, fue nombrado asistente de Juez de Paddock, cargo que ostenta a día de hoy.
En palabras de Henry Barría, “la profesión de jinete implica riesgos, y es indispensable no dejarse vencer ante ninguna dificultad. Dios da nuevas oportunidades,la vida no se acaba. La discapacidad no es ningún obstáculo”
Por su parte, Henry Zapata se incorporó a la Academia de Jinetes en 1992, alzándose con la victoria en diversos Clásicos y Hándicaps durante los años siguientes. En 1996, en plena competición en el Hipódromo Presidente, una yegua cayó sobre la pista, lo que provocó que Henry quedara tendido en plena carrera y se le fracturaran tres vértebras, que le causaron lesiones en la médula espinal y, como consecuencia de ello, perdiera la movilidad en piernas y manos.Tras años de duras sesiones de terapia, logró recuperar la movilidad de sus manos y regresó al Hipódromo Presidente Remón como operador vende paga a lo largo de los últimos 23 años de profesión, en los que se define como responsable, puntual y dedicado. En su opinión, “la vida cambia en segundos. Hay que gozarla y disfrutarla sin permitir que nada ni nadie te detenga”.
En Codere queremos crecer y construir una sociedad mejor para todos, y lo hacemos de la mano de una plantilla diversa, unida por el deseo de desarrollar nuestro potencial, en base a nuestros valores.