Un equipo joven, con una presencia equilibrada de hombres y mujeres, integra los recursos humanos de la Compañía
MADRID, 7 de marzo de 2017.- Es una frase manida pero no por ello menos cierta. Las personas son el activo más importante de una compañía. Son las que pueden encarnar los valores que representan la esencia de la empresa y trasladarlos a cada una de sus acciones para colaborar así en la consecución de los objetivos del Grupo y que no queden en una mera declaración de intenciones en una Memoria Corporativa. En nuestro caso, la responsabilidad, profesionalidad, orientación al cliente, innovación y capacidad de adaptación, son las cualidades en base a las cuales hemos tratado de desarrollar nuestra actividad en estos 37 años de trayectoria y consideramos la clave de nuestro sólido posicionamiento en el sector. Es por eso que, en este número de Codere Actualidad, queremos hacer un repaso sobre cómo está conformado nuestro capital humano.
Codere comenzaba 2017 con una plantilla de 12.895 empleados, lo que supone una reducción de 818 colaboradores respecto al año anterior. Argentina, con una disminución de 459 personas, México, con 190 empleados menos, Panamá, con un descenso de 101 trabajadores y España, con un aumento de plantilla de 142 empleados, son las unidades de negocio con mayores cambios.
“Hemos tenido que ir haciendo más eficiente las operaciones, adaptando las necesidades internas a la realidad del negocio, a los nuevos requerimientos que tiene la operación”, explica Rafael López Enríquez, director corporativo de Recursos Humanos, que añade que “en España los aumentos han venido básicamente por el crecimiento de Codere Apuestas, que ha provocado la incorporación de gente para el desarrollo de tiendas propias y de terceros”.
Por su parte, Carlos Villaseca, director de Operaciones de México y responsable de las Operaciones de Panamá y Colombia, explica que “Codere quiere quedarse con los mejores trabajadores. Los más motivados, los que están más estimulados a sacar el proyecto adelante, los que mejor trabajan, los más cualificados… esa es nuestra consigna. Lo que hemos hecho es generar un sistema mucho más robusto y fuerte, con un equipo cada vez más sólido y potente. Esa es nuestra dinámica y por eso hemos hecho los ajustes”.
Se trata de una plantilla joven, pues el 74% de los colaboradores son menores de 40 años, el 17% están en la década de los cuarenta y sólo el 9% supera los 50 años. En cuanto a su antigüedad en la Compañía, la media es de 6,36 años de permanencia, lo que refleja el carácter familiar de nuestra empresa y que contamos con empleados orgullosos de pertenecer a nuestro Grupo.
Nuestros recursos humanos se distribuyen en un 59% de hombres y un 41% de mujeres, un reparto homogéneo en cuanto a género. Nuestra Compañía es firme en sus políticas de no discriminación también en términos de nacionalidad, por la convicción de que la diversidad es otra fuente de generación de valor. De esta manera, en los ocho países en los que opera nuestro Grupo, trabajan personas de 44 nacionalidades.
Por familias profesionales, la más numerosa es la de operativos, que constituye el 65,2% del global. Mandos intermedios -que supone un 17,3% de nuestra fuerza laboral- y técnicos -que conforman el 13,3% de la plantilla-, son las otras dos familias más numerosas. El indicador Span of Control global del Grupo, que representa el número de empleados en relación a los managers, está en 2,08 en los Servicios Centrales y 5,15 en Operaciones. En cuanto al ratio de empleados en Operaciones respecto a Servicios Centrales, el valor global del Grupo está en 7,92. Un cociente inferior al 9,18 del año pasado, debido a los ajustes realizados especialmente en las operaciones de Argentina, Panamá y Colombia.
En cuanto a las relaciones contractuales, en el 92,97% de los casos Codere firma con sus colaboradores un contrato indefinido y sólo en el 7,03% de las ocasiones, el contrato es temporal. En todos los países en los que el Grupo opera, el salario medio de nuestros trabajadores es superior al salario mínimo que exige la ley local.
La inversión que Recursos Humanos realiza por persona a lo largo del año, fue en 2016 de aproximadamente 1.390 euros. Entre otros conceptos, esta partida incluye las acciones de formación y políticas de bienestar, que supusieron en 2016 más de tres millones de euros.
Talento, eficiencia y compromiso
La función de Recursos Humanos está enfocada de manera global a la creación de valor para todos los stakeholders o grupos de interés de la organización; accionistas, clientes, empleados y sociedad. Para lograrlo, se ha desarrollado un modelo denominado TEC, que se implementará a lo largo del año y que está sustentado en tres pilares sobre una base tecnológica que integra y soporta la información y permite la medición de resultados. Rafael López-Enriquez, director corporativo de Recursos Humanos, nos explica en qué consiste cada uno de estos ejes.
– Talento: “El objetivo es identificar, atraer y retener a los perfiles más aptos para la Compañía”.
– Eficiencia: “Se trata de conseguir los mejores resultados sin ‘desperdiciar’ recursos. Es decir, optimizar el desempeño de las personas. Aquí debemos trabajar el alineamiento de las Unidades de Negocio y de las personas, fomentar y desarrollar ecosistemas de aprendizaje y el intercambio de conocimiento, entre otros aspectos”.
– Compromiso: “A todos los niveles. Compromiso de los empleados con los resultados a alcanzar y con la empresa. Está demostrado que los empleados comprometidos alcanzan niveles de resultados más óptimos. Pero también debemos trabajar el compromiso de la empresa con los empleados. Creando políticas de formación y desarrollo, ayudando al desarrollo profesional y personal de los empleados, favoreciendo la conciliación familiar, estableciendo políticas de estabilidad para los empleados, etc.”
“Estos tres ejes se apoyan en una base tecnológica que permita homogeneizar su aplicación en cada uno de los países y posibilite analizar y medir el impacto y aplicación de cada uno de ellos, además de explotar la información de forma que se identifiquen nuevas oportunidades y relaciones entre ambos al estilo de Big Data”, concluye Rafael López Enríquez.
