Editorial 11 de septiembre

En el entorno actual, donde la conciencia sobre los problemas sociales, económicos y ambientales es cada vez mayor, se hace imprescindible para cualquier compañía adoptar políticas de Responsabilidad Social Corporativa que integren en la estrategia la gestión de los impactos que su negocio genere sobre clientes, empleados, accionistas y sociedad en general.

Pero este compromiso resulta más necesario si cabe en una industria como la nuestra, que no sólo ha de hacer frente a los efectos que se derivan de la actividad, que efectivamente no es inocua, sino que en muchos de nuestros mercados ha de confrontar también las consecuencias de una serie de falsas creencias construidas sobre la realidad del sector, que exacerbadas probablemente por una sobreexposición publicitaria del juego online, están provocando que se acreciente de forma alarmante la inquietud social. Esto, en muchos casos de manera injustificada, si tenemos en cuenta los datos que se desprenden de los distintos estudios estadísticos y sociales, que no reflejan a nivel global ni crecimiento de la actividad de juego, ni de la prevalencia de conductas problemáticas en los últimos años.

Una inquietud que está llevando a la adopción de posturas radicales desde diferentes frentes, que conducen a la propuesta e implementación de medidas restrictivas desproporcionadas, a las que tanto Codere como el sector han de dar respuesta, promoviendo con especial empeño la adopción de políticas públicas adecuadas, que fomenten el juego responsable, protejan a los colectivos vulnerables, ofrezcan las máximas garantías a los usuarios y aseguren la transparencia y la sostenibilidad del sector, para situarlo en su justa medida en términos de contribución e impacto y, a la luz de una realidad percibida de forma ecuánime, dignificarlo.

Es por ello que en la compañía venimos trabajando intensamente desde hace tiempo en la definición de un Plan Director de Responsabilidad Social Corporativa con el que, tras identificar a nuestros principales grupos de interés y entender qué concepto y expectativa tiene cada uno de ellos sobre nuestra organización, podamos diseñar una respuesta organizacional que integre estas necesidades con un plan de acción que vincule estos intangibles a nuestra estrategia.

Así, tras escuchar en nuestras distintas unidades de negocio a autoridades, clientes y sociedad, se han detectado temáticas de preocupación común, como son la regulación de la publicidad en el juego, la planificación de la apertura de locales y su visibilidad, el acceso a la actividad y la gestión de los colectivos vulnerables, a las que daremos réplica con el impulso entre los organismos públicos de la implementación de normativas que limiten la publicidad, colaboren a la tolerancia cero al acceso de los colectivos en riesgo y proyecten de la manera óptima el desarrollo de la actividad.

Igualmente, ante el importante problema de percepción sobre la realidad del sector, desde la compañía entendemos que es necesario continuar favoreciendo la publicación de datos objetivos que colaboren a la transparencia, por medio de estudios que trabajamos ya por impulsar de forma asociativa o individual en nuestros distintos mercados, como el Anuario del juego que acabamos de publicar en Colombia.

Un ejercicio que venimos realizando también entre nuestros colaboradores, y tras el que hemos detectado inquietudes y necesidades relacionadas con la formación y desarrollo de nuestro talento, la mejora de la calidad de vida o el enriquecimiento de nuestros procesos de comunicación interna para una mejor gestión del cambio y conocimiento de nuestra cultura, hitos y estrategia… asuntos que por supuesto estamos integrando también a nuestra reflexión y que serán por lo tanto uno de los apartados necesarios en nuestro Plan de Responsabilidad Social.

Vicente Di Loreto, director general del Grupo Codere

(11 de septiembre de 2019)