Cuando el juego no es juego, en pandemia

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Madrid, 23 de diciembre de 2020.- Durante estos meses, el coronavirus ha supuesto un desafío para la sociedad, el sector y también para los usuarios de juegos y azar y entretenimiento con comportamiento problemático.

Si bien el juego de azar no constituye un problema social, como lo muestran los datos de incidencia del juego de riesgo de los distintos mercados –los últimos respecto a España sitúan la tasa en un 0,2% de la población adulta-, sí que es un problema para muchas personas que desarrollan un trastorno compulsivo y por tanto para todos los agentes de la industria que trabajamos por minimizar el posible efecto adverso de nuestra actividad.

El reciente encuentro argentino-español “Pandemia y ludopatía, clínica de una nueva problemática”, impulsado por la psicóloga y divulgadora especializada en ludopatía, Debora Blanca –que participa en el diseño de nuestros programas de juego responsable en Argentina-, junto a expertos vinculados a esta afección, puso de manifiesto que la etapa intensa de confinamiento por Covid ha supuesto una prueba para los pacientes tratados y sus familias.

El necesario refuerzo externo para el jugador compulsivo en periodo Covid

Lo han tenido algo menos complicado aquellos con una red familiar o social. Otros, han visto la soledad añadida a la ansiedad e incertidumbre de esta etapa.  Además, durante este periodo las terapias presenciales han tenido que desarrollarse de manera online, y para muchos pacientes ha sido más complicado continuar la disciplina que estas terapias requieren.

Algunos expertos en clínicas de juego compulsivo apuntan que a falta de juego presencial, algunos pacientes se han proyectado compulsivamente hacia otras actividades (deportes, videojuegos, compras online…). Sin embargo, como apuntaba Debora Blanca, “frente al Covid, cada uno ha tenido una afectación diferente según sus circunstancias y de ahí lo importante de seguir trabajando y esforzándose mientras dure este periodo de incertidumbre, para salir fortalecidos y evitar recaídas posteriores”.

Preparar la vuelta a la normalidad es responsabilidad de todos

El periodo Covid ha cerrado salas de juego y restringido aforos durante estos meses. En este tiempo se han creado nuevas normativas y regulaciones en los distintos países. Solo en España, han aumentado en un 37% los autoprohibidos, las clínicas han tenido que adaptar sus terapias al online y las empresas de juego han adaptado su oferta a la nueva realidad, sin dejar de lado sus responsabilidades hacia los jugadores.

La industria del juego supone una gran aportación social en términos de entretenimiento, empleo y enriquecimiento de las arcas públicas, que debe encontrar un desarrollo sostenible y responsable. Sólo en España, da empleo a cerca de 47.200 personas y aporta más de 1.340 millones de euros en impuestos.

Por ello, el sector no debe cejar en su empeño de lograr este equilibro sano, como ocurre en el resto de actividades económicas, y desde Codere seguiremos trabajando para dignificar su posición en la sociedad, implementando las mejores prácticas de juego responsable: defendiendo limitaciones razonables a la publicidad del juego basadas en criterios objetivos; apoyando una regulación ordenada de los nuevos locales de juego; impulsando el “acceso cero” de menores y auto-prohibidos o mediante la formación y sensibilización en torno al juego responsable de empleados, socios y terceros, como se contempla en nuestro Plan de impulso de RSC y juego responsable.

Por su parte, la recuperación para el jugador problemático, requerirá de la adopción de nuevas reglas que le permitan superar las barreras físicas y realizar digitalmente el seguimiento de sus terapias, hasta que la situación permita un mayor acercamiento. Asimismo, deberá esforzarse, tanto él como su entorno, en la adopción de herramientas que le ayuden frente a la ansiedad, asegurando su voluntad de cambio. Este terreno de la problemática personal del entorno del juego no saludable no es ajeno al sector, sino todo lo contrario, “este otro lado del juego”, es responsabilidad de todos.”